Economía USA: crisis y politiquería

Economía USA: crisis y politiquería

El mundo está ciertamente en vilo observando el comportamiento de la economía norteamericana para comprobar si podrá repuntar y salir airosa de la actual coyuntura que la empuja hacia otra crisis de consecuencias brutales para la sociedad estadounidense y, especialmente, para una buena parte del resto del mundo.

La zozobra para el público estadounidense y mundial la provoca tanto la proyección de los indicadores como la politiquería con que algunos sectores reaccionan con la vista fija en las elecciones presidenciales del próximo año y la posibilidad de sacar de la Casa Blanca a Barack Obama a quien no le tembló el pulso para calificar la situación en el propio Congreso, hace tan solo unos días, como un “circo”. El mundo, aun  en nuestras propias repúblicas ricas en políticas y políticos “extravagantes”, espera otra cosa de las instituciones y políticos norteamericanos.

Primero fue el rejuego político en que se involucró el Congreso ante la urgencia de extender el plazo de vigencia de la deuda interna buscando dividendos políticos, poniendo en entredicho la responsabilidad financiera de los Estados Unidos. El presidente Obama se ha visto involucrado en una crisis que heredó y para la cual ha tenido que elaborar tres “tratamientos”: el primero fue un Programa de Estímulo por 787,000 millones de dólares en febrero del 2009 – recién llegado a la Casa Blanca – que logró que fácilmente se le aprobara por un Congreso en esos momentos dominado por los demócratas; después, en noviembre del 2010, lanzó un paquete por 600,000 millones de dólares para dar facilidades de crédito y ahora propuso un Plan de Reactivación por unos 300 mil millones  que deberá ser aprobado por un Congreso hostil, especialmente en la Cámara. William Daley, jefe de Gabinete de Obama, decía, al llamar a la aprobación del Programa: “La única razón por la que algunos pueden no apoyarlo es por el politiqueo que está ocurriendo, que es algo que perjudica al pueblo estadounidense”.

Mientras, los indicadores fundamentales de la economía enrojecen cada día más: el PIB norteamericano que saliendo de la crisis pasada alcanzó en el cuarto trimestre  del 2009 y el primero y segundo del 2010 niveles de crecimiento de 3.8 y 3.9%, en el primer trimestre del 2011 se situó en un 0.4% y en el segundo en un no menos magro del 1%. El desempleo en agosto pasado era del 9.1% y la deuda que en el 2010 era de 14.3 billones crece sin cesar y se espera que en cinco años se sitúe en 20 billones. Ante el peligro de otra recesión las bolsas de valores se desplomaron la pasada semana con Indice Dow Jones llegando a situarse por debajo de los 11 mil puntos.

La situación es realmente grave, tanto para la ciudadanía norteamericana como para el resto de los terrícolas, por lo que es de esperar que políticos responsables se salgan de la carpa del circo y actúen de acuerdo al drama real ante el que se está. 

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