CARACAS (AFP).- La economía venezolana, que registró un crecimiento de 9,6% del Producto Interno Bruto (PIB) en el segundo semestre de 2006, no basa su expansión en la inversión privada sino en el gasto público, alimentado por los altos precios petroleros, coincidieron analistas consultados por la AFP. Aunque la tasa de crecimiento es de las más altas del mundo, ésta no se ve acompañada de un incremento de la inversión privada y productiva, lo que amenaza “la calidad del desarrollo” del país a mediano plazo, advirtió Luis Carlos Palacios, ex ministro de Fomento y de Planificación.

“El crecimiento ha sido muy alto. Casi nadie suponía que pudiese llegar a tanto. El índice de más de 9% nos coloca al nivel de países como China, en América Latina no hay tasas así”, dijo Palacios a la AFP.

“Pero si se analiza el crecimiento de la economía por sectores, se observa que los que más crecen son los no transables, aquéllos que no se comercializan con el exterior, fundamentalmente la banca, el comercio y los servicios, y la construcción”, señaló.

“El motor de la expansión en el PIB de Venezuela es el gasto público, que estimula el crecimiento global. Pero no nos estamos industrializando y eso, a la larga, se paga en calidad de desarrollo”, añadió.

De acuerdo con las cifras del Banco Central de Venezuela (BCV), en lo que atañe a la actividad no petrolera de la economía, el crecimiento más importante durante el segundo trimestre de 2006 se registró en el sector de la construcción (27,2%), las comunicaciones (21,3%) y el comercio (17,1%).

El BCV explica el crecimiento por el aumento de la demanda interna de consumo e inversión, la liquidez monetaria, el crédito y la disminución de las tasas de interés, el aumento del salario mínimo y “la intensificación de los programas sociales del gobierno”.

Para Palacios, el alto crecimiento de la economía venezolana se debe, por una parte, al actual boom petrolero, y por otra a los controles impuestos al cambio de divisas y a la cuenta de capitales.

“El alto nivel de liquidez causa presiones inflacionarias, pero a la vez incide en la baja de las tasas de interés y estimula el crecimiento”, indicó.

“El boom petrolero es realmente impresionante, porque además es mucho más prolongado que el del Yom Kippur (1973), que duró alrededor de dos años. En este caso va a durar por mucho tiempo, independientemente de que se produzcan fluctuaciones, porque el crecimiento mundial es muy alto”, añadió.

Sin embargo, el experto advirtió que “la economía venezolana está llegando a su techo de capacidad instalada, y es previsible que en 2007 el crecimiento del PIB se reduzca, dependiendo del sector externo y de los precios petroleros”.

Venezuela produce alrededor de 3,2 millones de barriles diarios de petróleo, según las cifras del ministerio de Energía, y en 2005 las exportaciones de crudo representaron 87% del total.

Según Albis Muñoz, ex presidenta de la cúpula empresarial Fedecámaras, “el plantel industrial venezolano tiene cerca de 25 años de obsolecencia”.

“Necesitamos nuevas inversiones para mantenernos competitivos. La fragilidad mayor de la economía venezolana está en que no hay una inversión privada, nacional o foránea, que permita la diversificación”; dijo Muñoz a la AFP.

“Lo ideal sería que la inversión privada representase el 20% del PIB y estamos muy lejos de eso, ni siquiera llegamos al 15%. Llevamos casi 30 años de decrecimiento en la inversión, y eso se ha profundizado en los últimos años”, aseveró.

De acuerdo con las cifras del BCV, en el segundo trimestre de este año el crecimiento del sector privado fue de 10,3%, superando al sector público que aumentó 4,6%.

“Llevamos once trimestres continuos de crecimiento, y el crecimiento mayor se registra en el sector privado, pese a toda la inversión pública”, comentó Muñoz.

“No hay un ambiente amigable para las inversiones. El discurso sobre el socialismo del siglo XXI, que aún no queda claro, y la serie de controles sobre el sector privado, no permiten que se genere la confianza necesaria”, resaltó.