Economía y educación

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Frontera de la ignorancia

El mercado dominicano está en riesgo de perderse en manos de suplidores detallistas internacionales. El motivo: el predominio del agiotismo en la isla, el exceso de sobreprecio desborda los límites de la tolerancia.

El hecho ha provocado la aparición del fenómeno de compras vía internet, el crecimiento de la modalidad en cuestión es notable, luce indetenible.

El problema es el manejo inadecuado del precio, un componente comercial inyectado de los sentimientos del consumidor, allí en ese atributo numérico, frío en apariencia, reposa la decisión de compra.

El precio comercial en la isla debe sincerarse, sobre todo en lo concerniente al margen de beneficio final. Si no ocurre a tiempo, la pérdida de mercado provocará la quiebra masiva del detallista local.

Busque la razón técnica en la reducción ostensible de competitividad que refleja el precio de los artículos de consumo final.

La distorsión reside en la naturaleza de la recuperación del costo en el lapso de tiempo.

El empresario comercial debe saber que el sector económico al cual pertenece, el de servicios, es comisionista.

Con este señalamiento incluimos el artificio mercadológico de las marcas propias que ostentan algunos negocios locales.

Una marca no es equivalente a un proceso fabril, es en definitiva un recurso artificial en el campo comercial.

Los márgenes de beneficio del comercio se reducen a una comisión límite estimada del uno al tres por ciento. Cuidado. Cada vez que se exprimen los bolsillos de los consumidores nacionales aparece por obra de un chapulín misterioso un recurso comercial más barato y con mejor calidad en las mercancías.

La ignorancia del pueblo se convierte en gran negocio, se reduce en una frontera, blindaje que provoca el mercado cautivo. El negocio sin agiotismo sustenta el riesgo de la credibilidad, un consumidor con la propensión a la lealtad, comprometido con las compras que defienda sus intereses.

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