Economía y educación

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Endeudamiento externo indefinido

Un pueblo no puede vivir indefinidamente del endeudamiento externo -situación esta en donde el volumen de hipotecas excede el producto de la economía- creciente hoyo financiero, espiral de empréstitos que succiona gran parte del volumen del empleo y ocasiona el resquebrajamiento masivo de un sinnúmero de empresas, dando al traste con el ansiado desarrollo económico.

El costo del endeudamiento es indemnizado precisamente por la parte más débil del consolidado de los ingresos, esto es, la endeble producción, resultado de la distorsión  del enfoque, de lo que es esencialmente el rol económico del empresario dominicano.

Esto es más que obvio, existe el fenómeno financiero del endeudamiento porque quienes tienen el compromiso moral de generar ingresos y excedentes en la economía, me refiero a los dueños de los medios de producción, no producen lo suficiente para sostener la economía isleña, por demás una economía de tamaño moderado. No me refiero al ingreso en pesos, resultado de la gestión empresarial en el mercado local, moneda que no tiene ningún valor en las relaciones financieras internacionales.

La realidad es otra que el empresario isleño se niega a ver, mareado por una supuesta solvencia doméstica en medio de la pobreza abrupta del pueblo y sobre todo del gobierno local, debido al desuso crónico de los medio de producción de la isla.

El problema central de la economía dominicana consiste en la sinergia explosiva de la mísera producción y el enconado endeudamiento externo, triste sinfonía de un drama de múltiple metástasis. Por un lado el desempleo rampante que produce la pobreza extrema en que vive la mayoría de la población de la isla, secuela manifiesta en delincuencia insostenible, y el tráfico de estupefacientes. Lo más crítico es la hipoteca de las futuras generaciones.

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