ECONOMÍA Y EDUCACIÓN

 ECONOMÍA Y EDUCACIÓN<BR>

El dilema, comprar o producir

Partimos nuestro análisis de dos conucos. Uno de ellos, el A, es un conuco de tierra poco fértil, árida, algo se saca de ella para poder subsistir: plátano, yuca y algo de vegetales, pero realmente poco. El otro conuco, el B, de tierra buena, abonada, dispone de canales con los cuales recibe agua permanente, el dueño tiene empleados que lo atienden “todo el tiempo”.

El conuco B ha llegado a producir muy bien, cinco veces más que el conuco A. Resulta que el conuco B tiene excedentes, y después de proveer las necesidades de subsistencia tiene posibilidades de vender el excedente con favorables márgenes de beneficios, digamos un 60% por encima de sus costos. En otras palabras, produce a razón de un tercio del costo del conuco A. El conuco A también dispone de algunos excedentes pero a un costo alto.

El margen de beneficio si existe no podría ser mayor de un 5%. El dueño del conuco B pretende vender sus excedentes al dueño del conuco A con el argumento de que le resulta más barato –un sofisma económico de proporciones insospechadas- comprar que producir: ¡y esa verdad! Con la venta pretende que no vuelva a cultivar, sino que consuma comprando,    “no produciendo” En el pueblo se abre una feria y ambos van a vender sus excedentes. El resultado es que el dueño B vende todos sus excedentes a un precio inferior al dueño A, quien tuvo que rematar los víveres por debajo del costo con pérdidas cuantiosas, sin ánimo de volver de nuevo a la feria.

El precio de la subsistencia es alto, pero mucho más alto es el costo de la pobreza, de la dependencia feroz y voraz, el cuadro tétrico de miles y miles de campesinos convertidos en obreros, alimentando las ciudades, los servicios domésticos de casas de familia, y sobre todo recibiendo la injusta paga de los miserables salarios de las empresas de zona franca. Esa es la cruda realidad.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas