Economía y educación 
Las zonas francas de República Dominicana

<STRONG>Economía y educación  <BR></STRONG>Las zonas francas de República Dominicana

Es un estilo de inversión extranjera atractiva pero atrasada, sin ninguna vocación financiera dentro del territorio isleño.

Esa es la queja, la protesta al sector oficial que ha tolerado en demasía este modelo zona franquista, por demás, un sinsentido económico. Se aducirá que crean puestos de trabajo, que nos hacen el favor de aflojar unos cuantos dólares por los pesos de nómina, salarios espurios, deprimidos hasta la explotación.

Me pregunto, ¿es este tipo de exportación la que requiere nuestra desvencijada economía? ¿Es la función económica un maquillaje, y si lo es, para qué nos sirve? Estas zonas francas que exponemos al mundo perfilan una República Dominicana débil, dependiente, sin capacidad de negociación, una economía expuesta a los más bajos estratos de inversión productiva foránea.

Los países denominados tigres del Asia no lo fueron siempre así. De origen modesto, este conjunto de naciones promovieron un modelo de desarrollo económico a partir de la inversión extranjera bajo el principio de ceder para ganar. El desarrollo se dio, convirtiéndose en naciones altamente desarrolladas.

Recientemente un amigo me comentaba con pesar, con el dejo de víctima, que aceptó un buen salario en dólares de una empresa farmacéutica extranjera instalada en la isla. Al cabo de dos años fue reemplazado por un ejecutivo originario del país de donde procedía la inversión. Ellos tienen como política absorber experiencia nacional para luego reemplazarla por su gente, me dijo desconsolado.

Es tiempo de asumir retos desarrollistas, sólo nosotros, los nacionales dominicanos lo podemos hacer, en todo caso viviremos eternamente dependientes de la deuda externa. 

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