Economía y educación. Placer a corto plazo, dolor a largo plazo

Economía y educación. Placer a corto plazo, dolor a largo plazo

Afirmamos sin ambages que la disciplina, hija de la sabiduría, ha sucumbido a la tentación cuando incursionamos en el uso del dinero plástico, el más grande fenómeno financiero de la época actual.

Es a partir de la década de los sesenta que los bancos descubren la banca personal, un segmento de mercado al cual nunca le habían visto futuro financiero por lo masificado y trabajoso, la sombra del principio bancario de que un préstamo grande requiere el mismo esfuerzo que un préstamo pequeño.

El descubrimiento de la tarjeta de crédito fue asombroso, no era otra cosa quela magia de la felicidad al consumir.

El paraíso financiero que representa la tarjeta de crédito para los bancos resulta en la operacionalidad, un medio de préstamo al consumidor para cualquier propósito, una especie de droga, ofreciendo placer a corto plazo y dolor a largo plazo, el espejismo de tener más dinero del que realmente la gente tiene.

Las recomendaciones no operan en la población usuaria del dinero plástico, los medios de prevención están infectados de incredulidad.

En absoluto eliminan la tentación del gasto a través de este medio de pago, ni mucho menos el desastre de una quiebra financiera familiar por su uso indiscriminado.

El comercio quiere ventas a como dé lugar; ofrece facilidades, ofertas, garantías, un lléveselo ahora y pague después, los bancos son los cómplices de esta vorágine.

A continuación le sugerimos que haga la oración diaria del tarjeta habiente antes de asistir a la fiesta de consumo de las tiendas y supermercados.

“Ayúdame a evitar Señor el consumo si estoy deprimido. Si estoy endeudado ayúdame a no gastar con la tarjeta de crédito.

Ayúdame a verificar los cargos, guardando los comprobantes de consumo, Protege señor mi tarjeta de crédito firmándola al reverso”, expreso.

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