Economía y educación
Amnesia preocupante

Economía y educación<BR>Amnesia preocupante

El sistema regulatorio financiero isleño pasa por una amnesia preocupante, pues liberó el crédito a las Pyme –pequeñas y medianas empresas- dejando de lado a las microempresas, en obvia observación de que éstas no forman parte de la realidad socioeconómica de las Pyme.

El sector de las microempresas, sector informal completo, es la columna vertebral del desarrollo económico dominicano, lo componen la gran mayoría del PEA vigente –Población Económicamente Activa-, independientemente de su condición social, son los que no tienen acceso a empleo formales, debido entre otras cosas, y no necesariamente al nivel de educación y preparación especializada, a que la oferta de empleo formal en la isla es muy reducida, y la que existe ofrece salarios espurios, muy por debajo de los niveles de dignidad humana.

El carácter informal de la economía en cuanto a la tributación es relativo. Afirman opiniones interesadas, confundidas sobre desarrollo económico, que la informalidad no tributa, que hace competencia desleal a los que sí tributan. Falso de toda falsedad. De la competencia, el sector formal cuenta con cuantiosas inversiones, cosa que no tienen los informales. Es bueno recordar que se grava la inversión y no el status de empresa. En cuanto a la tributación debo decirles que el consumo está  grabado en la República dominicana, sea formal o informal quien consuma. Ahora bien, el tratamiento a las microempresas no puede ser igual que al de las Pymes, son dos realidades distintas. La banca dominicana, insisto, debe estructurar unidades operativas especializadas para atender las solicitudes de crédito de las microempresas, pues una sucursal convencional de cualquier banco no es la adecuada plataforma de servicios para ese masivo sector económico. Terminemos de una vez para siempre el cacareo obsoleto de Mí-Pyme,  taxonomía anquilosada en los archivos en desuso.

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