Economía y educación
Cuestión de disponibilidad

 Economía y educación<BR>Cuestión de disponibilidad

Cuando un sector económico impacta en la economía, el reflejo es inmediato, sobre todo si es pequeña como es el caso de la economía de Santo Domingo.

Con las exportaciones, si ocurrieran cambios, se notarían inmediatamente. Es cuestión de disponibilidad.

Las divisas, objeto del ingreso, fluirían a borbotones, aumentando la disponibilidad, y en consecuencia la oferta interna en dólares y euros. Un mayor inventario de divisas en bancos isleños, de seguro motorizaría el crédito, lo haría ciertamente más accesible.

Por otro lado, abarataría el costo del endeudamiento externo. Es cuestión de disponibilidad. Pero, este no es el caso de las zonas francas instaladas en la isla, no señor.

El movimiento económico de este sector no se refleja en República Dominicana, desconocemos aún la disponibilidad que generaría este sector en nuestra economía.

Sin embargo, están instaladas en territorio isleño, usufructuando energía humana dominicana, el único tipo de energía transformadora y creativa, de todos los tipos de energía existentes en el planeta.

Se aducirá con sorna que su rol lo cumplen a cabalidad, llenando un vacío que radica en el desempleo, argumento que se debilita con el tiempo, ahora que las políticas económicas apuntan a dinamizar las fuerzas productivas de los más pobres, los potenciales y reales microempresarios, sector que libera ingresos a través de la actividad económica primara.

La falta de conciencia, el predominio del maltusianismo empobrece el concepto económico del recurso humano laboral, lastre ignominioso enceguecedor de nuestras inmensas posibilidades productivas, las capacidades creadoras del espíritu humano.

La economía es de un pueblo y no de otro, sintetiza las formas y maneras que conlleva el acto de producir las condiciones material para seguir existiendo.

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