Economía y política dominicana

Economía y política dominicana

Se atribuye a John Keats  la expresión de que “Nada es real hasta que se experimenta; aún un proverbio no lo es hasta que la vida no lo haya ilustrado”.

En nuestra jerga criolla decimos que no es lo mismo llamar al diablo que verlo llegar. El anuncio de que en enero de 2009, la gran nación norteamericana registró su más alta tasa histórica mensual de desempleo desde 1974 con una cifra de unos 600,000 despidos laborales, subiendo el porciento a 7.6, es para ponerle los pelos de punta a cualquiera. No podemos soslayar el peso de la enorme relación de dependencia que guarda la economía dominicana con la estadounidense.

Para hacernos una idea de lo fuerte que pudieran ser los efectos de la grave enfermedad financiera de Washington recordemos cuando allá en los comienzos de  la década de los ochenta del pasado siglo XX Juan Bosch decía: “La actividad que más influye en la política es la economía. Si la economía marcha bien, marcha bien la política, pero si marcha mal, marcha mal la política”.  Pero ya antes, en 1974, Bosch señalaba: …los que creen que a Lilís y a Trujillo los mataron porque se reeligieron varias veces y que a don Horacio Vásquez lo tumbaron porque quiso reelegirse andan equivocados, están confundidos.

Lo que le costó la vida a Lilís y a Trujillo fueron dos crisis económicas, y lo que costó el poder a don Horacio Vásquez fue otra crisis económica, la que se conoce en la historia de la economía mundial con el nombre de la Gran Depresión de 1929 y también con el nombre del Crack de 1929.

En referencia a otra crisis que se presentó en los Estados Unidos en el año 1957, agrega don Juan: La crisis económica fue poniendo contra Trujillo a todas las clases sociales dominicanas y a la Iglesia Católica, y al sentirse malquerido Trujillo reaccionó apretando la mano aquí y afuera; le dio a Johnny Abbes García poderes de vida y muerte y ordenó el asesinato del presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt. Toda esa experiencia histórica le permitió al fundador del Partido de la Liberación Dominicana sabiamente sentenciar que cuando la economía estadounidense tiene una gripe en la nuestra se percibe como una pulmonía.

Las remesas en dólares son vitales para muchas familias dominicanas.  Leamos lo que reporta Ramón Urbáez para el Listín desde Nueva York: “Según cifras oficiales, en el primer trimestre del 2008, el nivel de desempleo para los inmigrantes latinos fue del 7.5 por ciento, mayormente por la depresión en la industria de construcción en la que unos 250 mil latinos perdieron sus trabajos. De acuerdo a las cifras, el 52 por ciento de los hispanos en edad para trabajar en Estados Unidos son inmigrantes. En Nueva York se lo dividen los puertorriqueños y los dominicanos, y en menor proporción mexicanos y suramericanos”. Sobran razones para quienes valoramos en su justa dimensión las enseñanzas del pasado.

Cierto que el tiempo y las circunstancias se mantienen variando, pero también es verdad que nuestro sistema financiero se mueve alrededor del de los Estados Unidos de manera similar al modo orbitario en que la tierra gira alrededor del sol que es el astro mayor.

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