Fumigadores aéreos exigen al gobierno eliminar impuesto a gasolina de avión

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La Asociación de Aplicadores Aéreos (Aplica), que dan soporte en fumigación a los productores de arroz y banano en el país, le dio un plazo de 30 días al gobierno para que elimine el impuesto al combustible que utilizan sus aviones.

“Exponemos las condiciones del sector ante las constantes alzas que han registrado los precios del combustible y los repuestos de las aeronaves”, expresó, Octavio Carlo, vocero de la entidad.

Se quejan de que dicha situación tiene la entidad al borde de la desesperación, razón por la que entienden necesario la eliminación de los impuestos al carburante o que lo subsidien.

Reclama que actualmente es necesario salir en auxilio de ese sector, ya que además de los combustibles, las piezas y los lubricantes de las aeronaves han tenido aumento entre 30% y 100%. “Eso hace insostenible las operaciones de fumigación de los cultivos agrícolas”.

De paralizarse ese sector, cientos de productores de arroz y banano serían seriamente afectados, ya que es imposible culminar una cosecha con éxito sin fumigación.

Octavio Carlos citó a modo de ejemplo que en abril del 2006 el galón de la gasolina que utilizan costaba 140 pesos y que para ese tiempo fijaron una tarifa de un dólar por cada tarea fumigada, mientras que hoy permanece al mismo precio, cuando este carburante ha llegado a 278 pesos. “Lo que representa un 98% de incremento”.

Dicen que esa situación colocaría a los productores de arroz y de banano en un despeñadero, al tener que cargar con nuevos aumentos por tareas fumigadas, ya que sería un costo adicional, que por consiguiente agrabaría más la situación de esos sectores.

Consideran que de la misma manera que el gobierno se propone quitar algunos impuestos a ciertos combustibles para evitar la salida del mercado de las principales aerolíneas, asimismo puede hacerlo con los aplicadores de aeroagrícola. “Y más aún cuando se habla de una posible ambruna y carestía de los alimentos”, señaló.

En la actualidad las aeronaves de fumigar constituyen un elemento imprescindible para el control de plagas y enfermedades en cultivo de arroz y banano, y otros rubros en grandes extensiones.

“Un ataque de plaga solo se puede controlar rápido y eficazmente con estos equipos agrícolas”, dijo Carlo.

Las fumigadoras aéreas consumen anualmente unos cien mil galones de combustibles anuales. Estas vuelan un millón 200 mil tareas de banano anuales y un campos de arroz de un millón 500 mil tareas.

En ese orden, el presidente de la Asociación Nacional de Productores de Arroz, Oliverio Espaillat, advirtió que la aplicación aérea tiene la ventaja de ser una fumigación rápida y más económica para los productores. “Manejar una finca grande sin el equipo del avión sería problemático para el productor, porque con el equipo se pueden atender unas mil tareas un solo una hora, pero si hace vía terrestre tendría que usar un equipo de diez hombre por dos días”.

Las claves

1. Dificultades
De paralizarse el sector de los aplicadores aéreos, cientos de productores de arroz y banano serían seriamente afectados, ya que es imposible culminar una cosecha con éxito sin fumigación.

2. Advertencia
Si los productores tuvieran que cargar con nuevos aumentos por tareas fumigadas, sería un costo adicional, que agravaría aún más la situación alimentaría del país

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Costos producción
Para el representante de la Asociación de Arroceros de Mao, Iván Tió, es preocupante para los arroceros el hecho de que se estén disparando los costos de producción. Dijo que es imposible continuar produciendo bajo esas condiciones, debido a que los productores se están descapitalizando debido a los aumentos frecuentes en los costos de producción y los precios de venta estáticos.

Señaló que si en el país se está hablando de competitividad y autosuficiencia alimentaría, es necesario que se incentive y se aumente la producción agropecuaria. Al igual que Tió, varios productores de Castañuelas, Provincia Montecristi, han mostrado su preocupación por los niveles de costos que les representa esta cosecha, debido a que el precio del cereal se mantiene fijo.