De acuerdo con algunos pronósticos y el análisis de los compromisos asumidos por el Estado en materia económica, este año requiere que no sólo el Gobierno y las empresas tomen las medidas necesarias para manejar de la mejor forma posible sus finanzas, sino también las familias y las personas de manera individual, como una forma de garantizar la estabilidad económica y tener una calidad de vida mejor.
El economista y terapeuta familiar del Centro Espiga, Joaquín Disla, en una entrevista para Hoy ofreció algunas pautas de cómo una familia puede organizarse económicamente para este año.
Explicó que para ello es fundamental definir en una mesa de diálogo y mediante negociaciones cuál es el proyecto económico que se quiere llevar a cabo. Es decir, tener claridad de dónde se está en ese momento en términos económicos y adónde se quiere llegar.
En ese sentido, destacó que esas definiciones deberán ser el norte que los guíe. ¿Qué queremos lograr y en cuáles áreas? Ese proyecto debe ser definido con meridiana claridad y profundidad.
Citó que para definir con realismo ese proyecto, lo lógico es saber con qué cuenta, los ingresos totales de que se dispone.
Añadió que una vez conocida esa situación, se debe pasar entonces a realizar una distribución o asignación de esos ingresos en función de ese proyecto.
El proyecto ayuda a priorizar las necesidades para saber qué debe ir en primer lugar, qué en segundo y así sucesivamente, subrayó.
Explicó que, luego, se debe definir quién va a administrar ese gran proyecto en sentido general, debido a que lo más común es que sólo uno de los dos miembros de la pareja sea buen administrador.
Destacó además que es sumamente importante la dimensión de la rendición de cuentas.
Subrayó que lo que eso quiere decir es cuándo será evaluado lo que se ha hecho, cómo se ha hecho y porqué se ha hecho. Luego, volver a la mesa de diálogo para informar, para dar cuentas, para explicar y, si fuere necesario, tomar los correctivos de lugar.