El economista Henri Hebrard ve positivo el debate que se ha generado en el país con respecto a los incentivos de los paneles solares, y aclaró que nadie debe satanizar que el tema se discuta, pero dejó bien en claro que no se puede crear un negocio con dichos incentivos.
Hebrard explicó que llevar a cabo esta discusión no es porque se esté a favor o en contra de los paneles, porque todo el mundo está de acuerdo que es una buena cosa que en el país haya energía solar, y que, al igual que en otras naciones, se pueda necesitar en algunos momentos un grado que puede ser más o menos intenso, de una serie de incentivos.
Agregó que nadie puede evitar que se hable del tema, bajo el alegato de que quien emita una opinión se le sindique como que está en contra de los paneles, y definió como muy bueno el estudio que sobre el particular hizo el exdirector de la Dirección General de Impuestos Internos Magín Díaz.
Entrevistado por Héctor Herrera Cabral en el programa D´AGENDA que cada domingo se difunde por Telesistema canal 11 y TV Quisqueya para los Estados Unidos, el profesional de la economía dijo que hay que tener bien en claro qué es un buen o mal incentivo para paneles o para cualquier bien o servicio.
Indicó que el incentivo tiene que cumplir cuatro características que son: en primer lugar tiene que ser muy bien focalizado, no puede ser generalizado; en segundo lugar, debe ser condicionado; tercero, tiene que estar limitado en el tiempo, porque conforme pasa el tiempo la necesidad del incentivo puede ser cambiado; y en cuarto lugar, el incentivo tiene que estar muy bien administrado.
“Y parte de la buena administración de un incentivo es, de vez en cuando, revisar las cuentas a ver cómo te ha ido, en este caso, yo creo que cualquier incentivo que se vaya a dar a los paneles solar, permita determinar que debe estar motivando el consumo, respecto a la energía no renovable, pero no crear un negocio de esto”, advirtió el reputado economista.
Alertó que, “en realidad, el uso de paneles solares en el techo de tu casa, o en tu negocio, debería incentivarse primero para el autoconsumo y no para el posible negocio económico, porque si la motivación de instalar un panel es que, realmente, a mí no me importa el medio ambiente, sino conectarme al sistema para ganar dinero, ya son dos cosas diferentes”.
Explicó que lo que ha planteado el estudio de la autoría de Magín Díaz es que se revisen bien las cosas, y quizás un incentivo que se concedió hace 15 años, cuando se quiso incentivar las energías renovables, era que el costo de generar energía con paneles solares en tu casa era 10 o 15 veces mayor que hoy, y no había forma de iniciar esto sin los incentivos.
“De hecho, recuerdo que en el 2012, con la última reforma tributaria que se hizo, se redujo de 100 a 40% la posibilidad de recuperar el costo de la inversión, eso no ha provocado su disminución, todo lo contrario, ha habido un auge, precisamente porque el costo de la inversión había bajado”, recordó Hebrard.
Insistió que es muy bueno plantear esa discusión, “porque en algunos países la energía que tu devuelve al sistema, la que no está usando y te permite generar unos ingresos, la tarifa que se usa para recomprar, no es igual a la que te están cobrando la energía eléctrica, sino la tarifa a la que la distribuidora está comprando a la generadora, que es un precio más bajo”.