El economista Pavel Isa consideró que el gobierno recurrió al paquetazo tributario en un momento muy difícil porque no pudo contraer el gasto para cerrar el año fiscal a un nivel aceptable para el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Isa sostiene que con la aprobación del FMI al plan de cierre de la brecha fiscal, “el gobierno puede ir al mercado internacional a buscar los 500 millones de los bonos soberanos y a obtener otros fondos de organismos multilaterales con los cuales cierra el año fiscal”.

El experto explicó que el gobierno no puede bajar los gastos porque ha tenido un choque externo muy fuerte por el alza de los precios del petróleo y en el plano interno porque el presupuesto está dedicado a sostener un aparato clientelista.

“Hay un aparato clientelista enquistado en el Estado y a ese aparato es muy difícil reducirle el dinero que recibe porque significaría desmontar la maquinaria política que te da sustento”, manifestó Isa, quien deploró que la política se ejerza condicionada por el clientelismo.

No obstante, el economista dijo que “el paquete tenía la intención correcta: quería gravar a los sectores de más altos ingresos, a los de mayor poder adquisitivo y a sectores de relativa alta rentabilidad”.

Entrevistado en el matutino televisivo “El Bulevar con Pablo McKinney”, por CDN canal 37, Isa declaró que esa intención de gravar a los que más ganan debió ser más directa a través del Impuesto sobre la Renta, porque en el caso del 1% a los activos de la banca, sus ejecutivos pueden perfectamente traspasarlo a los usuarios.

Lo correcto hubiese sido colocar un impuesto mayor a las empresas más grandes, incluido el sector bancario, a la rentabilidad de los certificados financieros de las personas, no a los de las empresas productivas que ya lo pagan.

Con lo que está a punto de aprobarse en el Congreso Nacional como reforma tributaria, “parece que el gobierno no tiene otra alternativa que contraer el gasto porque el paquete ha sido desnaturalizado. Originalmente iba por el camino correcto”, apuntó Isa.

Cuando se le preguntó si el nuevo gobierno que surgirá el próximo año tendrá que de inmediato ir a una nueva reforma fiscal, el doctor en Economía advirtió que cualquier intento de reforma carece de legitimidad por la pésima calidad del gasto público.

“Cualquier propuesta tributaria en este momento sufre de un problema grave de legitimidad. La percepción generalizada de la ciudadanía es que se está tratando de un Estado despilfarrador, malgastador, cuyo gasto está tremendamente condicionado por el clientelismo y por la corrupción”, afirmó Isa.            

Agregó que lo que dice la población “es ni un chele más para este Estado, no solo para este gobierno, para este Estado”, porque antes de pedir ajustes a los contribuyentes, tiene que haber una mejoría en la calidad del gasto.

Isa estimó que cualquier disposición de reforma tributaria en el futuro tiene que pasar por reconocer que “hay un problema grave en la calidad del gasto público en la República Dominicana”, sin cuya superación no se puede hablar de nuevas cargas.

Consideró que en una reforma futura se deben afectar algunas exenciones impositivas, pero hay por necesidad que mantener otras.

Entre las que estima deben terminar citó las exenciones al pago de impuestos sobre la renta a los certificados financieros personales, las ventas de zonas francas, los sistemas de enclave que tienen ingresos en el exterior, como es el caso del turismo.

En cambio, favoreció que se mantenga sin gravar con el Itbis a los alimentos y medicinas, porque si se les cobra impuestos sería altamente perjudicial para la población.

Isa explica que las actuales distorsiones de la economía se deben al establecimiento de un modelo de crecimiento “sobre la base de un fuerte endeudamiento” cuyos compromisos presupuestarios dejan muy poco margen para atender las demás obligaciones del Estado.

Ese modelo, a juicio de Isa, se resume en un resultado muy desventajoso para la población: “Cuando hay crisis los pobres se perjudican, cuando hay crecimiento los pobres no se benefician”.                 

Desmantelamiento del equipo PNUD

En otro aspecto, Isa, quien formó parte del equipo técnico de la Oficina de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), dijo que su desmantelamiento por parte de la gerencia en el país, constituye un fracaso para quien decidió dar ese paso.

Expresó su “profundo agradecimiento a toda la sociedad dominicana por el apoyo que le ha dado al equipo” y consideró que eso es una muestra de que en el país hay una población deseosa de contar con investigaciones de calidad.

Isa dijo que en todas partes del mundo las oficinas del PNUD se manejan en un balance entre la necesidad de proveer análisis críticos para provocar debates de políticas públicas y la de acompañar al Estado en esas reformas.

Sostuvo que en la mayoría de los casos las “oficinas del PNUD navegan en esas dos aguas y tienen éxito”, pero en el caso dominicano ha sido un fracaso y se ha perjudicado a un solo lado al desmantelar un equipo crítico, mientras se privilegia el manejo con el gobierno.

Expresó que se conoce que estamentos del Estado estaban inconformes con dos informes de políticas sociales y con informes provinciales, que tuvo financiamiento de la Cámara de Diputados.

Dijo que ante esas inconformidades, en la oficina del PNUD “no nos protegieron, por el contrario, en vez de proteger al equipo y de garantizar que puede seguir haciendo un trabajo independiente, lo que hubo fue una decisión de desmantelar y acallar la opinión crítica”.

Isa no quiso abundar en el tratamiento del tema debido a que el PNUD cuenta con estamentos para investigar denuncias de empleados y de hecho “la oficina de PNUD (en República Dominicana) está bajo un proceso de investigación del PNUD en Nueva York”.

Aclaró que “en mi caso personal no se me dio una sola explicación sobre la terminación de mi contrato. Nunca hubo una queja sobre mi desempeño. Mi evaluación profesional fue impecable”, apuntó Isa.

Consideró que con el respaldo que ha dado la sociedad dominicana al equipo que lidera Miguel Ceara Hatton demuestra que “está activa defendiendo su derecho a tener información de calidad”.