Neiba, Bahoruco.- Los economistas José Serulle Ramia y Jacqueline Boin sostienen que para garantizar una sociedad que responda a las necesidades de la población, que sea dinámica y equitativa, hay que utilizar los recursos humanos en forma respetuosa de sus derechos y los recursos naturales en su adecuada medida, “de manera tal que se preserven el medio ambiente, el territorio y sus recursos naturales”.
“Si queremos que la sociedad satisfaga las necesidades del pueblo, que las relaciones entre la gente y entre los países sean de cooperación y armonía, el desarrollo debe ser integral, es decir, abarcar y articular los aspectos tanto socioeconómicos y ambientales, como políticos y culturales”, afirmaron.
Resaltaron que estos principios son también los llamados a regir la sociedad para superar los obstáculos al desarrollo y garantizar una adecuada gestión de los recursos humanos, naturales y productivos.
Manifestaron en ese sentido, que lo que se busca con esos principios es lograr establecer una sociedad equitativa y justa, que respete los recursos naturales, fuentes de producción y de vida, “no importa en la región del mundo en que se encuentre”.
Serulle Ramia y Boin abordaron el tema al pronunciar una conferencia titulada “Capital y humanidad en épocas de turbulencias” en el marco de la 11 versión de la Feria Internacional del Libro y la Cultura Neiba 2024, celebrada del 3 al 6 de este mes de octubre.
Explicaron que avanzar en el sentido indicado requiere un esfuerzo colectivo e individual de los pueblos y Estados, que garantice asimismo la permanencia de la diversidad cultural y biológica, “es decir, los colores de la vida, en todo su esplendor, y una paz duradera universal”.
“Se trata hoy de examinar de manera más profunda la relación entre Capital y Humanidad en el contexto de las turbulencias que afectan la vida social mundial, dando a conocer sus diferentes manifestaciones y a través de estas algunos de los factores que las originan”, señalaron.
Los doctores en economía aseguran que el profundo desorden en las relaciones de convivencia humana y un grado muy pronunciado de desigualdad social contribuyen a las inestabilidades.
Cuando revistas de negocios -prosiguieron-, presentan las personas más ricas de la tierra, lo hacen con un aire de victoria y los números que alcanzan las fortunas ya no causan ninguna sorpresa. El calentamiento global aumenta las amenazas de catástrofes naturales.
“Así, las turbulencias se manifiestan en diferentes áreas: el alto poder de concentrar riquezas, azuzando los intereses contrarios de las clases y categorías sociales, y acentuando a la vez la vulnerabilidad de las poblaciones pobres”, indicaron.
Igualmente a través de las crisis económicas, los procesos inflacionarios y de devaluación de monedas, el alto grado de inseguridad alimentaria y desnutrición, los atentados permanentes a la biodiversidad, la eliminación de idiomas y culturas, el aumento de luchas regionales por el acceso a la tierra, el agua, a los recursos mineros y a otros recursos naturales.
“Los cada día mayores niveles de producción y negocios de armas, y la inversión en armas nucleares, acaparando más del 50% de estas una sola nación. Las migraciones también son causas de cambios bruscos, así como los movimientos ilícitos de capitales”, apuntaron.
Serulle Ramia y Boin dijeron, además, que, en período de turbulencias, se nutren la corrupción por parte de los gobiernos y grandes empresas privadas, y la frustración en el seno de los pueblos.