Por una amable invitación del señor Embajador del Ecuador, doctor Carlos López Damn, asistimos a la recepción con motivo del 205 aniversario del grito de Quito. Este, pronunció un discurso de tipo económico, más enjundioso, donde el disertante resumió el significado de esa celebración y el alcance que la misma tuvo para su país y, por qué no, para el resto de América, en especial para la Latina.

Para adentrarnos en el discurso del señor Embajador López Damn, debemos reseñar algunos datos históricos sobre su país, sus próceres y patriotas que contribuyeron con su intelecto o sus espadas al “Primer Grito de la Independencia”, dado en la ciudad de Quito, en el cual tuvo un papel protagónico la criolla Manuela Sáenz Aizpuru, una ardiente revolucionaria que fue la mujer ideal para acompañar al Libertador Simón Bolívar, admitiendo públicamente su pasión por él. Gracias a esa devoción y dedicación, pudo salvarle la vida cuando un grupo de conspiradores liberales, invadió con fines de darle muerte el Palacio Presidencial, el 25 de agosto de 1828. Bolívar fue salvado de las dagas de los asesinos por una ingeniosa treta de su compañera sentimental Manuela Sáenz. Esta espartana heroína fue la precursora del feminismo en América Latina, entregando su fortuna, prestigio y hasta su vida por la causa de la defensa de los pueblos y la autonomía de la mujer.

No podemos olvidar que, muy cercano a Quito, se libró la batalla de Pichincha, la cual liberó al Ecuador del yugo español, gracias a la espada y la destreza de Antonio José de Sucre, joven oficial que a los 26 años ya ostentaba el grado de General del Ejército Libertador. Sucre, que posteriormente libró como representante y oficial predilecto de Bolívar las batallas de Junín, el 6 de agosto de 1824, y la más memorable de todas, la de Ayacucho el 9 de diciembre de 1824, fue vilmente asesinado en Barruecos, Colombia, el 4 de junio de 1830, no obstante sus grandes aportes a la causa libertadora de varios países Sudamericanos. Enterado Bolívar, cayó en un estado depresivo, pues no solo contaba con él como su oficial más leal y competente, sino que lo trataba como al hijo que nunca tuvo.

De vuelta a la disertación del señor Embajador, es de rigor recalcar que durante su fructífera permanencia en el país ha suscrito 23 instrumentos bilaterales, representando los mismos el 47% de los firmados en los 78 años que nuestro país mantiene relaciones diplomáticas con el país situado en el centro de la tierra. Destacó además que la balanza comercial se ha casi triplicado, iniciando una triangulación que le ha dado múltiples beneficios, al exportarse productos perecederos ecuatorianos por el aeropuerto de Punta Cana, que actualmente registra vuelos de unas 32 aerolíneas que lo designan como punto de destino. Los ecuatorianos aprovechan que la mayoría de los vuelos que van a Europa son “charters”, regresando a sus países de origen con sus bodegas vacías, lo cual ha sido explotado por los exportadores ecuatorianos para que sus productos –especialmente flores frescas– lleguen inalterados a Europa.

Expresó asimismo que el Ecuador, como país respetuoso de los derechos humanos, impulsa la integración suramericana (UNASUR), la latinoamericana y caribeña (CELAC y ALBA), para la construcción de un mundo multipolar al patrocinar la democratización de los organismos internacionales, mediante la propuesta en la ONU de un instrumento vinculante entre empresas transnacionales. Asimismo, abogó por la redefinición del comercio con la Unión Europea, así como la dinamización del comercio con China, Rusia y el Sudeste Asiático. Ojalá en nuestro país se contara con otros embajadores tan activos como el orador.

Finalmente, el Instituto Postal Dominicano (INPOSDOM), en la serie de “Héroes de nuestra América” emitió un sello referente a los adalides americanos, siendo la figura representante del Ecuador la legendaria Manuela Sáenz. Honor y méritos le sobraban para esa distinción. No obstante, al parecer a su Director, por “Guacanagarismo”, omisión o tal vez por incultura, se le olvidó destacar en la República Dominicana al primer aborigen del Continente que con armas y pertrechos desiguales se rebeló contra el privilegio de la Encomienda impuesta por los conquistadores.

El cacique Enriquillo fue el titán que en Jaragua luchó por la emancipación y liberalización de la ocupación española de nuestra Isla. Este, con gallardía mantuvo en pie de lucha su clase por más de catorce años, hasta que el Rey de España, envió a su representante Barrionuevo para firmar el tratado de paz. En consecuencia, esos más de catorce años de lucha dispareja merecen enaltecer a Enriquillo como el primer rebelde con causa de América y también el protagonista e iniciador de la guerra de guerrillas.