Ecuador, atractivos desde el centro del mundo

Ecuador, atractivos desde el centro del mundo

Sus orígenes multiétnicos y multiculturales forman parte de la carta de presentación del Ecuador, país suramericano enclavado en pleno centro del mundo y el cual en los últimos años se ha convertido en uno de los destinos más importantes para turistas procedentes específicamente de Europa, Norteamérica y Latinoamérica.

Sus riquezas naturales y arquitectónicas se conjugan de forma perfecta con una exótica infraestructura hotelera. Quienes lo han visitado hablan positivamente de sus especialidades gastronómicas y por supuesto de sus tradicionales bebidas, entre éstas la chicha de jora, elaborada a base de maíz fermentado.

Ubicado en pleno centro del mundo, Ecuador cuenta con dos ciudades que son Patrimonio de la humanidad: Quito y Cuenca, dos joyas arquitectónicas que guardan celosamente los tesoros arqueológicos y coloniales, que pueden ser deleitados por propios y extraños. Y, claro, están también las Islas Galápagos, que junto con su reserva marina, se ha constituido en Patrimonio Natural de la Humanidad.

Orgullosos de su procedencia, los ecuatorianos venden turísticamente a su país como el terruño que ha dado lugar a miles de especies de flora y fauna.

De norte a sur y de este a oeste, se sitúan Parques Naturales como Cotopaxi, Sangay y Machalilla. Sus montañas, lagunas y playas se encuentran en medio de más de 20 áreas protegidas por el Estado y decenas de bosques conforman enormes cinturones verdes.

Muchas playas del Pacífico ecuatoriano se ubican junto a pequeños pueblos y comunidades de pescadores que lanzan sus redes antes del amanecer.

Ecuador es conocido en todo el mundo como uno de los países de Latinoamérica que más ha luchado por preservar su identidad. Una muestra de esto es la autenticidad y pureza de su raza, así como su variada artesanía.

Su población sobrepasa los 12.6 millones de habitantes. De ella, más de cinco millones y medio viven en la sierra.

La religión predominante es la católica, pero muchos pueblos aún conservan sus creencias centenarias, que rinden culto a la tierra, a los nevados o al sol.

En la costa del Pacífico la cifra se acerca a los seis millones y medio. En la Amazonía hay más de 600 mil habitantes, y en Galápagos cerca de 17 mil. En sus tres regiones continentales conviven 14 nacionalidades indígenas con tradiciones diversas y su propia cosmovisión.

La creencia de los pueblos se representa en la variedad de piezas artesanales y rituales. Las festividades indígenas como el Inti Raymi, en honor al sol y a la cosecha, están cargadas de colorido, música y sentimiento popular.

Los ecuatorianos modernos disfrutan de variadas riquezas heredadas de sus ancestros. Los sombreros de paja toquilla, conocidos internacionalmente como “Panama Hat”, se elaboran en las provincias de Manabí y Azua. Son varios los artesanos que participan en la realización de este producto, que data del siglo XIX. Los sombreros Montecristi y Jipijapa son los más conocidos internacionalmente.

[b]Sus atractivos[/b]

– Quito: este Patrimonio Cultural de la Humanidad fue fundado en 1534, es una de las ciudades históricas más importantes de América. Sus templos caracterizados por una gran sobriedad y de arquitectura clásica y barroca, guardan valiosas colecciones de arte religioso.

– Loja o Valle Sagrado: los poderes terapéuticos de las aguas termales de baño, muy cerca de Cuenca, han sido reconocidos desde hace mucho tiempo. Miles de turistas y peregrinos llegan allí todos los años, atraídos por la belleza natural de este pueblo y por la longevidad de sus habitantes.

– Etnias: en los últimos años, comunidades indígenas y familias amazónicas han comenzado a ofrecer programas de ecoturismo en su hábitat.

– Misterios: Osos de anteojos y de montaña habitan en el Parque Nacional Sangay, en cuya espesa vegetación se perciben montañas que sobrepasan los cinco mil metros de altura.

– Galápagos: las reservas marinas son otra de las riquezas de este país, declarado Patrimonio y Área Protegida. Abarca una extensión de unos 133.000 km2. La confluencia de varias corrientes marinas congrega una variedad única de especies.

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