QUITO (AFP).- El gobierno de Alfredo Palacio calificó de «horrible» el proyecto político del mandatario venezolano, Hugo Chávez y, según un analista, busca así el apoyo de Estados Unidos para bloquear la ofensiva diplomática del depuesto presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez.

«El proyecto bolivariano de Hugo Chávez es un proyecto horrible que se desprende desde Venezuela, pasa por Colombia, pasa por el Ecuador donde desestabilizó a la institucionalidad del país (…) llega al Perú y culmina en Bolivia, que puede ser el detonante para que se incendie la región», dijo el secretario general del gobierno ecuatoriano, Luis Herrería.

En declaraciones al canal local Teleamazonas, el funcionario invitó a sus compatriotas «a no hacerle el juego ni a Chávez ni a los émulos de Chávez (…), que se encontraban en el entorno de Lucio Gutiérrez».

Las declaraciones de Herrería han sido interpretadas por analistas como una estrategia del gobierno de Palacio para «poner agua de por medio a un supuesto nexo con Caracas» y, de esa forma, hacerle un guiño a Estados Unidos para contrarrestar la ofensiva de Gutiérrez, según el ex diplomático José Valencia.

En el marco de fuertes protestas populares en Quito, que dejaron dos muertos, Gutiérrez fue depuesto el 20 de abril último, cuando el Parlamento declaró el abandono del cargo y dio paso a la sucesión presidencial, por lo cual Palacio asumió la primera magistratura.

Gutiérrez aseguró que sigue siendo el mandatario constitucional de Ecuador, al declararse víctima de un golpe de Estado, y anunció que regresará a su país para exigir el adelanto de las elecciones en las que no descartó ser candidato.

La víspera, Palacio respondió a las acusaciones de Gutiérrez con un escueto comunicado, en el que dice que éste «busca herir el honor nacional» y que «en la memoria de los ecuatorianos están muy frescas aún las razones por las cuales el coronel fue destituido y las circunstancias en que huyó del país».

El gobierno ecuatoriano anunció el inicio de una ofensiva diplomática en Estados Unidos para evitar que Gutiérrez reúna apoyos, que incluyó la solicitud hecha el jueves a Washington para que no permita que el ex mandatario intervenga en actos públicos en los que se refiera a la situación ecuatoriana.

La petición fue negada. «La embajada de Estados Unidos no tiene nada que comentar sobre el pedido. Pero en el caso del coronel Lucio Gutiérrez, él como cualquier otra persona puede hacer las declaraciones que crea convenientes en territorio estadounidense», dijo Glenn Warren, vocero de la embajada en Quito.

Este sábado se conoció que Gutiérrez será el orador principal en un evento que el prestigioso grupo de estudios Diálogo Interamericano (DI) llevará a cabo en Washington el 15 de junio.

«(Gutiérrez) compartirá algunas de sus opiniones sobre su truncada Presidencia, además de la actual situación del Ecuador», señala la tarjeta de invitación con la que DI anuncia la conferencia de Gutiérrez, y cuyo texto fue divulgado este sábado por el diario quiteño El Comercio.

Sin embargo, otras informaciones difundidas por el gobierno aseguran que el periplo de Gutiérrez es financiado por el grupo Barclays que, en 2004, recibió inversiones ecuatorianas a través del Fondo de Inversión, Estabilización y Reducción de la Deuda Pública (Feirep).

«José Barrionuevo, director de Mercados Emergentes de Barclays Capital Inc, con sede en Nueva York, fue quien invitó al ex presidente Lucio Gutiérrez para hablar con los representantes de la banca de inversión. La cita debía realizarse el 11 de mayo pero se postergó hasta el 9 de junio», reveló el diario quiteño Hoy.

Según la carta de invitación a Gutiérrez, publicada este sábado por el diario, «el objetivo de la visita es que dé una conferencia a los inversionistas de Estados Unidos que tienen posiciones financieras importantes en Ecuador, por lo que debía dar sus impresiones sobre la situación actual de su país».

El pulso entre Palacio y Gutiérrez se da en momentos en que el gobierno interino de Ecuador enfrenta una grave crisis interna motivada por escándalos de varios de sus principales funcionarios.

Gutiérrez dejó Brasil el martes pasado -tras renunciar al asilo territorial que le concedió ese país en abril último- para viajar a Estados Unidos, donde inició una ofensiva en busca de respaldo a su intención de regresar a Ecuador para retomar el poder.