Ecuador: médicos posponen boda para atender pacientes COVID

Ecuador: médicos posponen boda para atender pacientes COVID

El doctor David Vallejo y su prometida la doctora Mavelin Bonilla sostienen fotos de ellos trabajando mientras se besan en su casa en Quito, Ecuador, el miércoles 9 de junio de 2021. Vallejo y Bonilla suspendieron su boda para atender a pacientes con COVID-19 y en el proceso Vallejo se enfermó y estuvo en cuidados intensivos durante varios días. (AP Foto/Dolores Ochoa)

QUITO — Tenían todo listo para la boda, lo único que la pareja de médicos ecuatorianos no había previsto era una pandemia.

A mediados del año pasado David Vallejo y Mavelin Bonilla decidieron postergar su casamiento para atender a pacientes graves de coronavirus en el mismo hospital donde meses después uno de ellos estuvo a punto de perder la vida a causa del virus.

La pareja había fijado el matrimonio para el 23 de mayo de 2020, pero ese día ambos estaban de turno en el hospital IESS Quito Sur, dedicado a atender pacientes con COVID-19. Para no pasar por alto la ocasión publicaron en sus redes sociales una fotografía vestidos con trajes de seguridad y sosteniendo un cartel en el que se leía “Hoy era el día de nuestra boda, pero en su lugar…”, con la frase sin completar.

Ese día Mavelin estaba muy triste “porque realmente era como un sueño que, no sé si todas las niñas, pero al menos yo sí tenía el sueño de salir de mi casa de blanco, de estar casada con David. Era un anhelo”, dijo la médica de 26 años a The Associated Press.

La situación sanitaria de Ecuador era compleja, a diario llegaban a ese hospital cientos de pacientes, muchos de ellos muy graves, y el riesgo de contagio se multiplicaba exponencialmente.

Por esos días David, de 28 años, pasó a ser el más “antiguo” de los residentes y a su cargo quedaron los enfermos más graves mientras la lista de espera para las camas de cuidados intensivos crecía a un ritmo vertiginoso. Durante meses luchó para salvar vidas, algo que a menudo no pudo lograr.

“Fueron meses en que los pacientes fallecían bastante y fue duro. Llegaba a la casa llorando… me tocaba llamar a los familiares para informarles”, relató David a AP.

Casi todos sus compañeros médicos, jóvenes como ellos, se habían contagiado aunque ninguno había sufrido complicaciones. A mediados de enero les tocó a ellos: ambos presentaron síntomas como fiebre y malestares gástricos, pero mientras Mavelin se recuperó el estado de David se deterioró rápidamente.

David llegó al hospital y fue atendido por sus compañeros de trabajo que le informaron que sería intubado. “Nunca me sentí más asustado”, recordó.

En ese instante pidió un bolígrafo y en un recetario de los que tantas veces había usado escribió: “Soy el Doc David, tengo ganas fervientes de vivir la vida, cumplir mis sueños”, entre los que estaba el matrimonio con Mavelin, construir una familia juntos y viajar a España para estudiar una especialidad.

Sobre el final de la nota que escribió con esfuerzo, recomendó: “Mantén tu sepsia y antisepsia, lávate las manos” y agradeció el esfuerzo de sus colegas.

El 17 de enero fue sedado y terminaron sus recuerdos, pero empezó el calvario para Mavelin y las familias de ambos. A fines de enero uno de los médicos le informó a Mavelin que “David estaba muy mal y sólo tenía un 10% de probabilidades de sobrevivir”. El llanto fue incontenible.

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