QUITO (AFP).- Una situación de expectativa se vive este lunes en Ecuador, antes de un paro programado en dos regiones del país para el miércoles contra el gobierno del presidente Lucio Gutiérrez, por un movimiento opositor que exige cambiar la Corte Suprema de Justicia.

El paro general debe realizarse el miércoles en las provincias de Pichincha -cuya capital es Quito- y Azuay, con capital Cuenca, al sur, para presionar el cese de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), que sectores opositores consideran inconstitucional.

El paro ha perdido fuerza toda vez que las autoridades de la provincia de Guayas -cuya capital es Guayaquil, segunda ciudad del país- decidieron no sumarse, desdiciéndose de su intención original.

Además de esta situación, en las últimas horas se han observado distanciamientos entre los líderes del paro.

Paco Moncayo, alcalde de la capital y presidente del bloque opositor conocido como »Asamblea de Quito», indicó este lunes que si el Parlamento, que realiza una sesión ordinaria este martes, destituye a la CSJ, no hay razón para que se realice el paro del miércoles.

El prefecto de Pichincha, Ramiro González, discrepó y aseguró que «el paro es irreversible», y señaló que aunque la Corte sea destituida «vamos a demostrar que estamos inconformes y que necesitamos que al Ecuador regrese el Estado de derecho lo antes posible».

González indicó que «todo está listo para el paro» y precisó que será de «sólo 24 horas».

A su vez el concejal de Quito, Antonio Ricaurte, uno de los más acentuados críticos del presidente Gutiérrez se mostró partidario de que se haga el paro, pero indicó que debe ser indefinido «hasta que renuncie el dictador Lucio Gutiérrez».

Sobre esta posición el alcalde Moncayo expresó que «yo no creo que Gutiérrez tenga que irse de la presidencia», pero observó que «debe rectificar lo que ha hecho mal y restablecer el Estado de derecho, especialmente de los organismos como la Corte o los tribunales de justicia.

El ministro del Interior (Gobierno), Oscar Ayerve, condenó el paro y sostuvo en declaración a la prensa que los problemas del país no se resuelven con paros y huelgas.

«Ecuador necesita trabajar», dijo Ayerve, quien señaló que el gobierno de Gutiérrez está dispuesto al diálogo para buscar soluciones e hizo una invitación a los dirigentes del cese de actividades a reflexionar para no entorpecer las actividades del país.

La protesta «no debe ser contra el presidente sino contra el Congreso que no ha trabajado y no ha hecho las reformas que el Ejecutivo le ha presentado», dijo Ayerve, al señalar que los dirigentes de la protesta del miércoles pueden caer en el delito de sedición.

Indicó finalmente que las conversaciones para cesar la Corte este martes están bastante adelantadas y confió en que en las próximas horas se llegue a un acuerdo que reorganice la CSJ. «Todos debemos trabajar para buscar soluciones y no para crear conflictos», concluyó el ministro Ayerve.

En medio de este tira y afloje político, este lunes unos 50 indígenas y campesinos se tomaron pacíficamente la catedral de Quito para exigir la renuncia del presidente Lucio Gutiérrez.

El mediodía del lunes a la Catedral estaban llegando colchones y víveres.

El 8 de diciembre pasado una mayoría oficialista del unicameral Congreso reorganizó la CSJ mediante una simple resolución e integró una nueva que la oposición considera como «de facto, ilegal e inconstitucional».