POR FIOR GIL
La empresa Distribuidora de Electricidad del Este (EDE-Este) implementa un pacto social mediante el cual garantiza un mayor suministro de energía a los sectores que hacen esfuerzo por pagar el servicio. Con ese propósito se lleva a cabo un plan piloto o «Programa Comunitario Esperanza», que se inició en uno de los circuitos del sector de Villa Juana, en donde las cobranzas aumentaron de un 40% a un 88% y las pérdidas han bajado cuatro puntos.

El beneficio de los usuarios es que se ha reducido la cantidad de  horas de apagones de acuerdo a la reducción de las pérdidas. «Aquí es donde entra el pacto social: si el usuario paga más y roba menos energía la empresa mejora el suministro y flexibiliza la gerencia de la energía, dado que mientras mas energía más satisfecho se encuentra el cliente».

También EDE-Este desarrolla el programa de certificado de confianza que entrega a los clientes que han hecho reclamaciones por la facturación y que no han sido procedentes a fin de que ese usuario establezca un acuerdo de pago que al concluir le favorece con un descuento.

Siempre el descuento para el cliente se aplica al término del pago total de la deuda y tiene por finalidad afianzar la cultura del pago del servicio de electricidad, según explicó el gerente general de EDE-Este, Jesús Bolinaga.

Afirmó que con respecto a las cobranzas, la empresa introdujo una reestructuración en el área comercial, lo cual significa un cambio radical en la forma que se trabajaba anteriormente que era proceso y ahora se labora por área de responsabilidad por sector. «Es decir, tenemos un director responsable de una determinada área geográfica en donde asume la cobranza, las pérdidas y la atención al cliente. Evidentemente esto ha provocado un mayor acercamiento a los clientes», dijo

Bolinaga considera necesario que las empresas distribuidoras agoten programas de reeducación a los clientes en cuanto al pago de la electricidad, pero que además debe hacerse un esfuerzo mancomunado entre las comunidades, el gobierno y los demás agentes del sector eléctrico para propiciar un solo mensaje a la población.

Este mensaje debe estar dirigido a crear la conciencia en el dominicano de que si no se hace un esfuerzo por aumentar las cobranzas y reducir las perdidas, el país continuará transitando por momentos difíciles para garantizar el suministro de electricidad. Entre los trabajos dirigidos a mejorar las  relaciones con los clientes, el gerente de EDE-Este, explicó que se un programa de encuesta diaria en la se hacen 26 preguntas, sobre la atención al cliente, servicio, factura, información e imagen. De estas interrogantes los mejores servicios, según los clientes, son atención al cliente y facturación.

Bolinaga puso como ejemplo que en el período comprendido del día 3 de febrero al 25 de mayo pasado aumento la satisfacción mostrada por los clientes con respecto al suministro de energía en la zona Este.

El gerente de EDE-Este atribuye este cambio de actitud de los usuarios del servicio al criterio que tiene la empresa de que «si no se da energía, no hay satisfacción al cliente».

Sin embargo sostiene que resulta imposible suministrar 24 horas de energía, debido a los niveles de perdidas que aun registran las distribuidoras, porque el hurto es tan grande que seria imposible mantener un déficit de ese tamaño.

Recientemente Bolinaga explicó que a este diario que   a pesar de que las empresas distribuidoras de Electricidad continúan perdiendo un 50% de la energía que colocan en línea, debido al hurto de electricidad y por razones técnicas, han logrado aumentar el índice de cobranza que en el caso de la distribuidora EDE-Este se incremento a un 93% de lo facturado a sus clientes en el mes pasado.

Bolinaga, declaró que el robo y la falta de pago de la energía consumida continua siendo el mayor desafío que enfrentan las distribuidoras en su esfuerzo por superar las perdidas y llegar a niveles que le permitan la autosuficiencia y garantizar un suministro eléctrico eficiente, de calidad y en precios justos.

Las perdidas por el robo de la electricidad cuestan al Estado alrededor de 600 millones de dólares al año, explicó el ejecutivo de EDE-Este, quien sostiene que si el gobierno no tuviera que subsidiar las perdidas del sector eléctrico lo podría invertir en escuelas, en cultura o en hospitales.