Edgar Martínez, víctima desplome de Seattle

Edgar Martínez, víctima desplome de Seattle

POR ROBERTO ORSINI HERENCIA
El desmantelamiento de los Marineros anda a todo vapor… y al parecer, nadie, absolutamente nadie en el equipo está inmune al proceso. Ni tan siquiera el mejor bateador designado en la historia de las Grandes Ligas.

Durante los pasados tres días, Edgar Martínez, cuyo nombre es considerado por muchos fanáticos como sinónimo de la palabra béisbol en la ciudad de Seattle, ha encarado la incómoda encomienda de salir del banco. Su posición acostumbrada de bateador designado es ocupada, al menos por ahora, por Bucky Jacobsen, un novato desconocido que apenas tenía 11 años cuando el toletero doradeño debutó en las Mayores en 1987. Martínez, un dos veces campeón bate y siete veces «Todos Estrellas», quien atraviesa por su peor temporada en las Grandes Ligas (.242, seis jonrones y 38 RBI»s), admitió que la situación que encara no es la mejor, pero aceptó que a sus 41 años la decisión del dirigente Bob Melvin no lo cogió por sorpresa.

«Claro que es desagradable. Estoy acostumbrado a jugar todos los días, pero cuando uno juega este deporte por tanto tiempo uno sabe que cosas como ésta pueden ocurrir», manifestó Martínez en entrevista con el diario The Seattle Post Intelligencer. «Es cuestión de tiempo en lo que tu tiempo de juego comienza a ser más limitado a menos que te retires».

Martínez tenía previsto hacer eso precisamente al finalizar la temporada 2003, pero el pasado 4 de noviembre accedió a un contrato de una temporada y $3 millones con los Marineros con el deseo alcanzar la única meta que lo ha eludido durante su ilustre carrera, un anillo de Serie Mundial.

Seattle trató de fortalecer su plantilla durante la temporada muerta al firmar al relevista Eddie Guardado, al patrullero Raúl Ibáñez, al campocorto Rich Aurilia y al jugador de cuadro Scott Spiezio. El pobre desempeño de la ofensiva, sin embargo, los llevó a sumergirse en el sótano de la División Oeste de la Liga Americana en los primeros dos meses. La gerencia inició entonces un proceso de reestructuración enfocado en recortar nómina e inyectar talento joven.

A esos fines, enviaron al abridor Freddy García (7-8, 3.35 ERA, 111 K»s), a los Medias Blancas de Chicago a cambio del receptor Miguel Olivo y dos «ligas menores» a fines de junio y recientemente dejaron libre a Aurilia y al inicialista John Olerud.

A pesar de que sus sueños de alcanzar la postemporada junto a los Marineros se han hecho sal y agua, Martínez se reafirmó en que prefiere permanecer con la organización que lo crió como profesional, pero no descartó que exija a un cambio a un conjunto con opciones al triunfo.

«Existe la posibilidad de que no reciba muchos turnos, pero me prepararé para ello. Soy él único que puedo controlar mi actitud y les aseguro que voy a tener una buena actitud. No estoy listo para tomar una decisión al respecto. Voy a esperar por ahora».

En sus 17 temporadas con el uniforme de los Marineros, Martínez posee promedio de por vida de .312. Además es el bateador designado con más cuadrangulares (238) y remolcadas (939) en la historia. 

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