Edificio con llamativos arcos árabes de herradura

Edificio con llamativos arcos árabes de herradura

En la ciudad de San Pedro de Macorís hay preciosos edificios muy bien diseñados,  ejecutados por expertos maestros constructores, los cuales presentan su valor artístico arquitectónico.

Así, de nuevo asesorado por el ingeniero arquitecto Ernesto García, me traslado a esta urbe y, transitando sus vías, me detengo en el edificio número 79 de la calle Independencia para admirar su preciosa estructura.

El primer nivel posee dos entradas al centro entre dos altas ventanas enrejadas y otra lateral que conduce al segundo nivel. Todas están enmarcadas con arcos de herradura. Las superficies de las curvas, que están dentadas,   se notan deslucidas excepto el arco  lateral, porque dichos arcos están cubiertos con un largo letrero comercial.

Sin embargo, en los arcos que están en el centro del segundo nivel se  puede apreciar esta preciosa decoración: son tres, y las curvaturas que las sostienen incluyen dos pares de columnas con capiteles seudo-jónicos; encima de los entablamientos que los unen, lucen unas ventanas geminadas, o sea, gemelas, con  pequeñas columnas dóricas.

Otra curiosidad es que frontalmente se perciben tres barandas, una en cada lado y otra muy extensa al centro. Ésta, principalmente porque su cuerpo es muy singular -debido a que consta de una forma ondulada cuyos balaústres son  barras de metal verticales. Su particularidad  es que inician sobre una base con tres aros y centralmente con un óvalo que encierra una punta de flecha, apoyadas por una ménsula (soporte), formada por un doble cuerpo frontal escalonado.

En cambio, los de los laterales son balcones sencillos que no sobresalen, cuyos balaústres de concreto están torneados; de ellos  surge una ventana cuyos bordes laterales sobresalen un poco en el medio para terminar dejando un hueco menos ancho. Encima hay un entablamiento que sustenta seis pequeñas aberturas arqueadas.

Una cornisa con dentículos en la parte inferior culmina el edificio, y encima de ella es donde está la mayor curiosidad para el ojo escudriñador: allí se contempla un barandal con aberturas ovaladas, dividido en el centro  por un bloque rectangular que encierra la fecha de construcción del inmueble (1919), y en ambos lados se visualiza un borde curvado con cinco aberturas, tres al medio,  formando arcos de herradura y una en cada lado con un cuadrilobulado.

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