POR SEGUNDO ANTONIO VÁSQUEZ
El edificio de Balbino Fernández, situado en la intersección de las calles Arzobispo Meriño y Emiliano Tejera, construido en 1920, fue el primero que en los alrededores se fabricó con tres niveles.Sin embargo, su principal característica son sus dos balcones paralelos esquineros construidos en el vértice cortado del ángulo.

Cada uno está en bases salientes, en cuyos laterales hay una columna jónica que continúa hacia arriba soportando la base de un bloque rectangular en cuya cima al medio aparece un hueco ovalado.

Ambos balcones tienen unos curiosos balaústres gruesos con un abultamiento curvo centralmente estriado, y de la misma forma son los otros situados en los balcones laterales, los cuales abarcan esta vez cada uno dos puertas.

Sin embargo, para el transeúnte que es observador, lo más llamativo es que es el único inmueble de la Zona Colonial que se construyó para nivelar el terreno y ponerlo horizontalmente con la superficie de la calle Arzobispo Meriño, cuyo arquitecto innovador mandó a cavar hasta el fondo, dejando la parte de la cuesta tal y como se le aprecia hoy, levantada.

Así, la parte de atrás del edificio, al construirse la acera, parece estar enterrada, lo que se observa cuando el caminante se detiene en la pendiente de la calle Emiliano Tejera y presencia que las dos últimas puertas laterales están cerradas debido a que el borde de la acera pasa por el medio, por lo cual tuvieron que dejarlas como ventanas.

Extraña también que en la parte superior de cada una de las puertas haya un arco manierista, debido a que de ambos lados parte una moldura que forma en curva un vértice en el centro, encerrando un espacio con vidrios y enrejado, que sirve de tragaluz, cuya estructura se manifestó en Italia en el siglo XVI, entre el Renacimiento y la época barroca, y se caracterizó por su singularidad.

Éste es un espacio hueco con un borde lateral curvo que en el medio remata de la misma forma, cuyo canto son molduras que en el centro tienen un adorno rameado que culmina con un adorno curvo y ovalado. Está en la orilla de su alto y al centro tiene un altorrelieve formando molduras curvas abiertas.

En cada una de las puertas hay un tragaluz reforzado con varias barras de hierro, detrás un vidrio, y más atrás otro enrrejado formado por curvas laterales enroscadas.

El inmueble, en los laterales del techo presenta dos balcones cerrados corridos, los cuales doblando la esquina no se juntan, pues los divide el sobresaliente rectangular de concreto antes mencionado.

CASA RESTAURANTE EL CONDE

En cambio, un edificio de tres niveles situado en la calle Arzobispo Meriño, esquina El Conde, número 111, donde está instalado el restaurante El Conde, tiene tres balcones esquineros curvos, aunque el segundo normal es corrido. Sus balaustres son barras de metal formando altos rombos.

Tiene cinco puertas amplias cuyos marcos son ojivales, y sus inicios laterales están abiertos. La puerta principal, también esquinera, parte el centro del vértice y su remate enmarcado es triangular con vidrios de color dorado. Los laterales son cuadrados con vidrios y detrás hay un enrejado formando curvas que se enroscan.

Las ventanas laterales tienen en su base un saliente con molduras, las cuales desde abajo presentan estrías escalonadas y encima una jardinera. La última puerta de la izquierda es normal y tiene una marquesina cóncava y en la pared de arriba se observa un hueco redondo con vidrio.

El borde del techo tiene una moldura estriada, cuyos laterales no se unen debido a que en su centro aparece otra moldura que cierra la curva.