Edilí revela “Cómo despertar un amante”

Edilí revela “Cómo despertar un amante”

Después de un período ausente de la escena, la actriz y cantante Edilí regresa a la Sala Ravelo del Teatro Nacional Eduardo Brito, con el monólogo del dramaturgo español Roberto Lumbreras “Nana para despertar un amante”, o “Cómo despertar un amante”, en la versión criolla, dirigida por Niurka Motta.
La obra de Lumbreras es un monólogo lírico en el que se narran los momentos de reflexión y emoción del personaje: una mujer, y a través de sus confidencias y recriminaciones de las que nos hace partícipes, conocemos su relación con el amante al que se dirige, y que yace postrado en estado de coma, tras sufrir un accidente cuando viajaba con su “otra amante”.
Sin que signifique una comparación, que no lo es, no podemos evitar recordar el famoso monólogo de Miguel Delibes “Cinco horas con Mario” u otros protagonizados por la propia Edili como “Diatriba de amor para un hombre sentado” de Gabriel García Márquez, y es que en cada uno de ellos la mujer es protagonista, recrimina, busca respuestas… inútilmente.
La obra de Lumbreras perfectamente estructurada para ser convertida en texto teatral, mantiene una narrativa audaz, en la que mezcla el drama y el humor, valiéndose para éste, de sarcasmos ingeniosos; pero como en todo monólogo, el personaje, al no esperar respuesta de un interlocutor, -en este caso, ausente y presente a la vez- sus cavilaciones van directamente al espectador, y en esa comunicación radica la fuerza y al mismo tiempo la debilidad e inverosimilitud del monólogo, por lo que la resultante escénica dependerá de la capacidad e histrionismo de la actriz.
Edilí asume el reto; el énfasis en la entonación de la frase, comunica situaciones disímiles, y siendo la comicidad su mejor herramienta, el manejo sustancial de la ironía con la gestualidad conveniente, obtiene del público la respuesta esperada: la risa o la sonrisa. El constante ir y venir de la actriz delimita el espacio escénico, en el que el amante permanece inmóvil y se convierte de alguna manera en presencia, el acercamiento de la mujer que de manera imperativa le ordena que despierte, provoca un diálogo virtual, sin respuesta, muy bien manejado por la actriz.
Edilí ha superado con creces el reto. El actor Jorge Santiago es el amante… la presencia.
El desarrollo de la acción cuyo ritmo es pautado convenientemente por la directora Niurka Mota, produce pequeños clímax. La escenografía hermosa, una lujosa habitación en la que predomina el colorido de los cuadros y vitrales, es elemento esencial de la representación, logrado con la eficiencia acostumbrada de Fidel López; otro elemento enriquecedor es la iluminación, diseño de Bienvenido Miranda.
El final produce un clímax inesperado, todo es posible. Asista y entérese cómo despertar un amante, y pase un momento entretenido, condición indispensable del teatro. Saludamos el regreso de Edilí a la escena.

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