Edilí:
«Soy tantas cosas que ya no sé ni lo que soy»

Edilí: <BR>«Soy tantas cosas que ya no sé ni lo que soy»

POR MARIVELL CONTRERAS
Rafael Ovalles está promocionando en estos días la nueva obra de su compañía en la que por supuesto trabaja como actriz principal su mujer, Edilí. Recibimos la nota y las fotos de «Socorro soy mujer», la que anuncian como un estreno mundial. Vía telefónica me explicó que Cristina Wargon, la autora, es su amiga.

Cristina Wargon, lo buscamos en Internet, es una autora –exitosa- de teatro y libros en los que trata los temas femeninos relacionados con los hombres, reiterando el argumento de los temores de la edad y las indecisiones emocionales.

Pero, la autora de «Mujeres por la mitad», «Acaloradas», «No solo de pasión arden las mujeres», «De mujeres, varones y otros percances» y ahora de «Auxilio: soy mujer» es una cultivadora de la ironía y una fiel seguidora del verso de Roque Daltón que reza: «Ríete, aunque sea de mí».

Conscientes de que la mayoría de las obras en las que ha actuado Edilí en los últimos años están relacionados con los conflictos internos y sociales de las mujeres, la llamamos para conversar acerca de este nuevo reto y de este llamado de auxilio.

MC: Te has dado cuenta de que estás envuelta en un teatro feminista y reivindicativo, ¿te preocupa descubrirlo o es premeditado?

Edilí: «Primero no me preocupa. No es premeditado, pero me gusta que tenga un contenido, una línea que envuelva su situación, su comportamiento en su relación de pareja, en su trabajo. Ahora que me lo dices es que me doy cuenta de que ha sido así. Yo pienso que poco a poco me he ido involucrando en esa línea, pero ahora lo acabo de descubrir, en este preciso momento».

MC: ¿Existe o debe existir una diferencia entre abordar la problemática de una mujer ficticia y una mujer de verdad (como en el caso de Minerva Mirabal)?

Edilí: «Bueno lo que pasa es que aunque uno crea que es una mujer ficticia, el conflicto que se da es tan cotidiano, que es real. Las mujeres se sienten identificadas con una u otras cosas de las que pasan, porque son hechos reales que nos pasan a las mujeres reales. En el caso de Minerva, es una historia real que le pasó a una mujer real. Las de las otras obras, aunque no estén basadas en una mujer específica, sí nos involucra a todas».

MC: Este tipo de teatro –catarsis femenino- puede influir un cambio en las relaciones de pareja o en la individualidad de cada uno –hombre o mujer- que la ve, se ve en ella?

Edilí: «Si se ven reflejados pueden reflexionar y por tanto cambiar. El cambio puede ser positivo de cierta revisión personal, de cambiar algo para que las cosas funcionen mejor. La mujer tiene miedo a enfrentarse a la vida, a estar solas y para ella puede ser favorable para mejorar su vida. Para los hombres… los hombres siempre están a la defensiva. Ellos siempre creen que la difícil es la mujer. La obra los puede ayudar a entender qué es lo que la mujer quiere. Las mujeres damos mucho y demandamos poco. Ellos son los que se merecen todo. Somos nosotras quienes nos damos ese puesto de servicio».

MC: ¿Tú crees que el hecho de ser mujer es suficiente argumento para gritar: Socorro: Soy mujer?

Edilí: «Pero claro que sí. Son tantas las cosas que nosotras tenemos encima que llega el momento en que no sabemos lo que somos. Aunque el hombre ayude, la mujer carga demasiado pesado. Socoooorro, soy mujer cuántas cosas tengo que hacer (soy chofer, mamá, esposa, hija, maestra y hasta chopa) A veces soy tantas vainas que no sé ni quién soy».

MC: ¿Por qué ir al teatro a ver esta obra?

Edilí: «Porque yo pienso que aunque las cosas que se dicen son serias, se dicen de una forma cómica. Es una comedia con momentos dramáticos».

LA CANCION

¡Socorro, soy mujer!

De la dramaturga argentina Cristina Wargon se estrena por primera vez en República Dominicana en la Sala Ravelo del Teatro Nacional, el próximo viernes 13, con repeticiones el 14 y el 15.

ELENCO:

Edilí
Miguel Angel Martínez
Gina Marte
Danilo Reynoso
Ninoska Martínez

Dirección: Enrique Chao

Luces: Lillyana Díaz

NO SABE NADA

Cada vez que Edilí va a subir a escena le da la sensación de que no se sabe el libreto. Siente que no va a tener saliva para hablar (para lo que siempre tiene a mano una menta) y tiene la manía de pintarse las uñas. El denominado miedo escénico aumenta en Edilí si en lugar de ser un personaje de la obra, hace un monólogo (ya que toda la responsabilidad recae en ella).

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