Editorial de El Nacional;
6 de noviembre de 1972

Editorial de El Nacional; <BR>6 de noviembre de 1972

El presidente Balaguer pidió a un periodista de El Nacional, el viernes último, lo siguiente: Dígame por qué el gobierno está mal invirtiendo los fondos públicos. Dígame si yo estoy malversando los dineros del contribuyente dominicano…’

‘La memoria del mandatario flaqueó en ese momento, pues ha sido él mismo quien repetidamente ha dicho que el tufo de la corrupción administrativa se detiene en la puerta de su despacho. Y hasta ahora no se sabe ni de un solo caso en que el Ejecutivo haya cancelado a un funcionario corrupto y mucho menos que lo haya llevado ante los tribunales para que responda por sus faltas.’

‘Y hasta ahora no se sabe ni de un solo caso en que uno de los subalternos del doctor Balaguer haya tenido la hidalguía e integridad de renunciar a su puesto en rechazo de esas aseveraciones acusatorias generalizadas. Y hasta ahora no se sabe ni de un solo caso en que se hayan conocido los resultados de las numerosas investigaciones de denunciadas irregularidades de los burócratas reformistas, cuyas riquezas cuantiosas no se justifican a la luz de los ingresos que perciben según la ley de Gastos Públicos.’

‘Y hasta ahora no se sabe ni de un solo caso en que se examine y demuestre por qué sujetos que antes del 1 de julio de 1966 andaban a pie, no tenían casa, no poseían finca ni operaban negocio lícito, hoy viajen en automóviles de lujo, vivan residencias de decenas de miles de pesos con sus esposas e hijos y además le regalan viviendas a sus queridas y sean dueños de cañaverales y ganado y arrozales y etcétera sembradíos y comercios.’

‘Para el presidente Balaguer hubo mala fe deliberada en las críticas que se le hicieron, según él, a su gobierno.’

‘Por otro lado, la forma en que el Gobierno reformista aplica el dinero que entra a las arcas nacionales ha sido objeto de censuras bien fuertes por parte de reconocidos expertos en economía y finanzas, tanto de aquí como extranjeros. También organismos internacionales han criticado que los fondos del erario se destinen a obras que se califican de suntuarias y no prioritarias, en vez de a obras reproductivas. La enumeración que hizo el mandatario de sus ejecutorias no son prueba ni garantía que desmientan esos conceptos.’

‘Por el contrario, aquí se otorgan contratos de grado a grado (mejor dicho: al agrado del señor Presidente), en violación a la ley, en lugar de abrir concursos públicos. Este sistema ilegal no representa, tampoco, prueba ni garantía de que se esté haciendo lo mejor en cuanto a inversiones se refiere. Como todo esto es así, ¿por qué entonces cree el gobernante lo que manifestó el viernes último:

Yo considero que es una crítica mal fundada, mal encaminada, deliberadamente de mala fe.’

‘Esta creencia del Ejecutivo carece de base. Lo que sí da pie a conjeturas es que cuanto en este escrito se repite, quizá por milésima ocasión, nunca antes y probablemente tampoco en esta oportunidad, haya tenido respuestas que corrijan la corrupción oficial ni fuercen al gobierno a cumplir las leyes. Son millares los muertos y atropellados, son numerosísimas las víctimas que hasta en el último rincón de este país atestiguan contra la malignidad reformista. Y si eso no es corrupción, que baje Dios del cielo y diga lo contrario. Y si no es mala inversión tener funcionario en demasía e incompetentes, corruptos, también, que baje Dios del cielo y diga lo contrario.’

‘El señor Presidente debería repasar sus afirmaciones de los seis años de su gobierno para que niegue o afirme cuántas veces la prensa, específicamente EL NACIONAL, ha sido sostén y defensa de su régimen en acatamiento a los principios democráticos. Tanto lo ha sido, que en visita que los directivos de los diarios independientes de este país le hicieron a raíz de formarse la Asociación que los representa, el mismo doctor Balaguer dijo, en su despacho presidencial, más o menos lo siguiente:’

‘Parece mentira que el periódico que más nos ataca sea el que más nos ayuda a gobernar. Muchas gracias doctor Gatón, muchas gracias…’

‘Y no hay más que decir.”

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