EDITORIALES

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[b]A trabajar[/b]

El 2004 ha llegado con una carga de tareas que los dominicanos debemos efectuar para el bien común, para que el país marche como debe ser.

Por delante tenemos un proceso electoral en cuya organización algunos ven puntos oscuros en aspectos medulares como la credibilidad de una Junta Central Electoral, cuyos propios hacedores cuestionan porque, según estiman algunos, habría saltado los márgenes de su jurisdicción al dirimir querellas intrapartidarias. El trabajo de todos es despejar todo vestigio de duda para ir confiados a esas elecciones.

En el plano económico, una vez metidos en el atolladero por la forma en que fue manejada una crisis bancaria, no tenemos más remedio que esforzarnos por salir a flote. El Gobierno debe empeñarse en reducir sus gastos y mejorar sus ahorros.

Y en el aspecto social deben ser revisadas las políticas que han provocado constreñimientos y malestar en servicios públicos vitales como la educación y la salud.

El año 2004 ha llegado y nos convoca a todos a superar tantos índices negativos como sea posible. A trabajar, pues.

[b]Banco Popular[/b]

El Banco Popular Dominicano festeja hoy el cuadragésimo aniversario del inicio de sus servicios al público. Ese es un hecho que, a todos, debe llenarnos de satisfacción.

El primer banco nacional fue creado el 23 de agosto de 1963 y pocos meses después, con la apertura de su primera oficina en Santo Domingo comenzó a ganarse la confianza y el respeto de los ahorristas dominicanos.

Es oportuno recordar que la creación del Banco es producto del esfuerzo de dominicanos agrupados en la Asociación para el Desarrollo, Inc., (APEDI); de dominicanos que siempre creyeron y creen en el futuro de la nación y que dieron un paso adelante prácticamente desde la salida de la tiranía trujillista. A esa agrupación se debe la creación de otras importantes obras de desarrollo nacional, entre las cuales destacan la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra y el Instituto Superior de Agricultura.

Es necesario destacar que los promotores dominicanos estuvieron encabezados por el doctor Alejandro Grullón E., un hombre que se consagró en cuerpo y alma al desarrollo de ese banco que es un orgullo para todos y que ha estado presente en el avance que, en distintos aspectos, ha experimentado la nación en los últimos 40 años. Grullón E., como excelente promotor que es, ha sido factor clave en la conversión del Grupo Popular en uno de los mas poderosos conglomerados económicos del país.

Vale resaltar que cuando Grullón E. se retiró del comando directo del Banco en 1986, le reemplazó el señor Pedro Antonio Rodríguez Echavarría, un banquero de profesión y de fuste, quien estuvo al frente de la institución hasta 1990, cuando cedió las riendas al señor Manuel A. Grullón, formado bajo la égida de fundadores cuyas ejecutorias han consolidado la gran entidad bancaria.

El Banco Popular es hoy un gigante en el sistema financiero dominicano, con 172 oficinas en permanentes operaciones y un personal que llega a 4,300 empleados. Cuenta con unos cinco mil accionistas en la geografía nacional y 1.6 millones de clientes, todo lo cual constituye una prueba inequívoca de la confianza de los ahorristas en la organización bancaria.

Lleguen, pues, en la feliz ocasión, nuestras congratulaciones al Banco Popular Dominicano y nuestros deseos de que siempre contribuya a la estabilidad del sistema financiero nacional, sistema que ha sobrevivido crisis muy peligrosas, precisamente por contar con organismos como el creado hace hoy cuarenta años por dominicanos que creen en el futuro del país

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