Educa al niño y no maltratarás al adulto

Educa al niño y no maltratarás al adulto

Pitágoras, hace cientos de años, fue el autor de esta sentencia que encierra medularmente la situación de inestabilidad que atraviesan muchos países, en que la conducta negativa de los adultos, es fruto de una deficiente educación recibida, cuando niño, en los hogares o en las escuelas.

El caso nuestro tiene sus orígenes cuando las generaciones, que ahora gravitan en la sociedad, se tropezaron con un sector educativo en desbandada y altamente politizado. Fue aquella década del 60, al salir de la dictadura de Trujillo, que ocurrió la rebelión en contra de los patrones que durante 30 años habían sido la normativa y se chocó de frente con la inundación de las consignas radicales de izquierda, que encontraron en el magisterio, un campo fértil de la subversión, enfrentamiento en contra de las autoridades de turno, y con la consigna de los maestros, de no aportar nada para la educación de miles de niños.

Ahora el país vive los resultados de esa ineficiente educación, que unido a la desintegración de la familia, tenemos miles de adultos como individuos antisociales, emigrando unos y otros convertidos en amenazas a la paz ciudadana, que muchas veces caen abatidos en los intercambios de disparos a los que la Policía nos ha acostumbrado como forma de realizar una justicia sumaria y mortal.

El colapso del sistema educativo nacional, aún cuando hay excepciones debido a la existencia de centros docentes de calidad y ofreciendo sus servicios a una élite, tuvo como consecuencia primaria el inicio del derrumbe de muchos hogares, debido a que e, en seno del mismo, ya el niño no recibía esa educación doméstica que fue el orgullo de nuestros antepasados, pese a vivir bajo la dictadura de Trujillo.

Un niño sin formación es un adulto problemático y peligroso, ya que carece de los atributos esenciales para ser un buen ciudadano y desarrollo una vida conflictiva, que va desde ser delincuente hasta perturbar la estabilidad en las tareas a que se dedique, y en su medio social produce temores y sobresaltos por su conducta.

Incluso si se realizara un estudio clínico profundo de la conducta de hombres públicos, ya que la política ha sido una vía para elevar socialmente a muchos seres humanos a una categoría social superior a la de sus orígenes, se encontraría, que empujados por sus ambiciones, han tenido más agallas de los que, más preparados pero con temor o repulsa, prefirieron la tranquilidad de sus actividades y no verse sumergidos en el fango de la vida política dominicana, llena de corrupción y hasta de crímenes.

Ningún país puede desarrollarse si lleva el lastre de generaciones preparadas precariamente. El presidente electo Leonel Fernández ha sido muy enfático en insistir, cada vez que ofrece declaraciones, que la educación será su objetivo principal para rescatarla y llevarla a los niveles que debe estar para un país enfrentado a los desafíos de la globalización. Y es que la mediocridad intelectual afecta a muchos sectores sin capacidad para convertirnos en socios responsables de Estados Unidos con el Tratado de Libre Comercio al igual a los existentes con los países centroamericanos. El país no posee en cantidad suficiente el ejército humano bien capacitado y mejor preparado que nos pueda colocar en una senda de desarrollo sostenido.

Pese a esas deficiencias educativas, el país ha podido darle sorpresas al mundo cuando tuvimos una década del 90 con un crecimiento superior al 7% anual. De aquí han surgido brillantes profesionales, artistas y deportistas que enaltecen a la dominicanidad. Y lo más importante que cuando en América Latina los políticos han caído en descrédito, y en varios casos, las sociedades se han sublevado a los malos gobiernos, aquí se da el ejemplo de aguantar estoicamente un mal gobierno para desplazarlo mediante el uso de los métodos democráticos que son las elecciones libres.

Pitágoras fue un gran sabio, y aparte de sus aportes a las matemáticas, con esa sentencia de la educación al niño para no maltratar al adulto, demuestra que percibió la realidad social cuando existieran deficiencias formativas en la educación básica infantil. Entonces, el castigo en los adultos, es necesario debido a los niños mal orientados por una pésima educación, o carencia de ella, ha dado lugar, como pan de cada día, a la inseguridad ciudadana, y por consiguiente, aumento de la represión policial para asegurar la paz social, precariamente debilitada en el país que casi todos piensan que el único objetivo es vivir bien, no importando los medios para alcanzarlo.

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