Por MARIEN ARISTY C.
La introducción de nuevas carreras, la renovación de los currículos y el trabajo conjunto con el empresariado serán los grandes retos que presentará la Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (SEESCYT) a las universidades del país para adecuar sus ofertas a los requerimientos de la competitividad.

Tras indicar que se está haciendo un mayor esfuerzo en capacitar a los recursos humanos del país, la titular de la cartera, Ligia Amada Melo, afirmó ayer que hay muchas universidades que tienen carreras que datan de hace diez años y no responden a las necesidades de hoy.

“¿Qué hay que hacer? Modificar y actualizar los currículos que existen, fundamentalmente los de las áreas tecnológicas; y lograr que las universidades aumenten su tecnológica para formar entonces egresados que puedan trabajar en las empresas con nuevas tecnologías”.

Ligia Amada Melo puntualizó que el papel de las empresas en este esfuerzo, también es fundamental. “Eso (el proceso de formación) tiene que ser concomitante con que las empresas modernicen su producción. Ahora, es un círculo vicioso porque las empresas no harían nada con invertir, tratando de modernizar, si no tienen los recursos humanos; pero las universidades no harían nada formando recursos nuevos si después no tienen dónde trabajar”.

Insistiendo en que el trabajo tiene que hacerse simultáneamente para que funcione, Melo entiende que la renovación curricular que tienen que hacer las universidades se desarrolle mano a mano con las empresas.

“Nosotros queremos que en este rediseño curricular de las universidades se involucren los empresarios, que ellos participen en las discusiones. Y es que, aunque ellos no son expertos en educación, saben bien cuáles son sus necesidades. Entonces tú puedes poner a los expertos en educación con los que saben cuáles son sus necesidades y juntos pueden crear un mejor plan de estudios”.

Por otro lado, y consciente de que la formación de los profesores es vital para lograr que haya verdaderos cambios en el sistema educativo del país, en el 2007 Melo se propone trabajar arduamente  con las Escuelas de Educación.

“Aquí la educación no se va a arreglar hasta que no tengamos a un profesor que piense en el siglo XXI, que sea parte de él. Y para ello hay que trabajar con las personas que forman a los maestros”.

Otra aspiración de Ligia Amada Melo es que todas las universidades apliquen la Prueba de Orientación y Medición Académica, gracias a la que se establece qué necesitan los bachilleres para hacer una carrera universitaria exitosa.

En función de esas necesidades, manifiesta, las universidades pueden ofrecer cursos remédiales que ayuden a los estudiantes a ponerse al nivel requerido. Esos cursos, sin embargo, no pueden ser tradicionales: en lugar de repetirles lo mismo que en el colegio, deben adecuarse para ofrecerle las herramientas que necesitarán en su profesión.