Tres cientistas sociales analizaron ayer en el Almuerzo Semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio las causas del auge de la violencia y la criminalidad en el país, así como la incidencia de la música urbana en los barrios marginados coincidiendo en señalar que el tema debe ser abordado desde las escuelas.
Expusieron su parecer las antropólogas Tahira Vargas y Lucía Gómez y el sociólogo Celedonio Jiménez.
“No es la música la culpable de la violencia, la violencia existe y ha sido legitimada socialmente y no se quiere erradicar ni prevenir. No hay voluntad política para ello”, precisó Tahira Vargas.
Dijo que se deben generar cambios educativos porque esos jóvenes que producen música urbana en los barrios van a la escuela o desertan “y la educación que reciben es de baja calidad y sin ningún tipo de orientación”.
De su lado, Celedonio Jiménez sostuvo que la problemática de la juventud dominicana está determinada por el contexto, el entorno en que se mueve. Citó la falta de oportunidades, inseguridad y otros factores.
“No se trata de que nuestros jóvenes sean violentos per se, sino de que hay un marco que determina, que obliga, que forza a un comportamiento que preocupa al conjunto de la sociedad”, puntualizó.
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De su lado Lucía Gómez, española, que lleva nueve meses en el país, contó su experiencia con los jóvenes de la calle 42 de Capotillo, que han utilizado el dembow como forma de expresar su sentir. De acuerdo a la antropóloga social y cultural lo que sucede allí se replica en otros barrios populares.
Sobre el rol de la familia, Tahira Vargas dijo que las políticas públicas deben ser aplicadas en todo el entorno para que tengan mayor efectividad, toda vez que la crianza de esos niños es compartida entre los vecinos.
“La políticas públicas hacia sectores pobres no pueden seguir enfocadas al hogar, a la familia como unidad, porque no es la familia la única responsable de la socialización, crianza y cuidado de los niños y niñas. Hay que extenderlo al tejido social y usar la categoría de tejido social para poder hacer el trabajo”, precisó.
En otro orden, dijo que constituye un absurdo la resolución del Ministerio de Educación que deroga la orden departamental número 33 /2019 sobre la implementación de la política de género en el sistema educativo.
“El ministro de Educación derogó la resolución para poder adoptar otras acciones que serán peores, como por ejemplo, eliminar la dirección de Género; fomentar una serie de medidas que van en contra con lo que está en la reforma educativa a nivel de género. Para mí, eso, primero es una estrategia política, necesitan congraciarse con la iglesia y con los grupos evangélicos. Es una acción totalmente absurda. Muchos funcionarios de este gobierno no acaban de entender que la mayoría de votantes son jóvenes y que este segmento poblacional está conectado a las redes sociales y a los temas de derechos, entonces, utilizar tantas acciones contradictorias y violatorias de derechos como esa, es lamentable”, precisó Vargas.
Fue enfática en señalar que en el país se necesita educación sexual.