Se podría decir que todos los padres desean que sus hijos crezcan en un mundo donde haya una cultura de paz y armonía, donde la violencia no tenga cabida en ninguna de sus expresiones.
Aunque esto podría significar una tarea ardua, debido a los altos índices de violencia que imperan en el mundo, aún existen esperanzas para esas familias que creen que convivir en armonía es posible.
Josefina Barceló, experta en medicina tradicional china y quien ha trabajado por largos años en el tema de la paz enfocada en la niñez, entiende que los padres deben crear un ambiente de paz y armonía en el hogar.
Ella asegura que el amor junto a las artes en todas sus facetas (pintura, dibujo, música, baile, teatro) forman la piedra angular en la educación de los niños y adolescentes sobre la no violencia.
“Los más pequeños necesitan amor. Ello les transmite seguridad, confianza, paciencia y tolerancia. Se deben evitar a toda costa los castigos físicos, psicológicos y emocionales, pues generan violencia, no respeto” enfatiza.
Barceló, quien trabajó en la Red Global de Religiones a Favor de la Niñez (GNRC, por sus siglas en inglés), entidad donde confluyen diversos grupos religiosos para compartir, conocerse y luchar por los derechos de la niñez, imparte talleres donde los niños convergen en un ambiente de solidaridad, de pertenencia, de grupo…
“Creemos que el arte es fundamental cuando buscamos crear una cultura de paz. Nuestros talleres incluyen, además, técnicas de relajación y meditación, introspección y trabajo en equipo, ya que los consideramos herramientas indispensables para “crear” sujetos equilibrados, calmados, concentrados, con autodisciplina, respetuosos, en paz consigo mismos” señala.
Cuenta que actualmente está trabajando junto a otras colegas en Cabrera, provincia María Trinidad Sánchez, con niños y jóvenes de diferentes comunidades y escuelas impartiendo el taller “Construyendo una cultura de paz en la familia, la escuela y la comunidad, a través de los valores y el arte”, cuyo propósito es el de promover la construcción de una cultura de paz y de una ciudadanía responsable y positiva en las relaciones y espacios en que se desarrollen los niños, niñas y adolescentes.
Además, motivan a los niños a descubrir por sí mismos las diferentes maneras de plasmar sus ideas y sentimientos a través de la pintura y el dibujo, lo que contribuye a la estimulación del trabajo en equipo y a la construcción de alianzas entre los ellos.
Labor. Barceló cuenta que la GNRC nació en el 2000 por iniciativa y con el apoyo de la Fundación Budista Japonesa Arigatou, cuya misión es promover un diálogo interreligioso e intercultural a favor de los niños y niñas del mundo.
En República Dominicana se crea en febrero del 2011. En febrero de 2013 inician los talleres “Aprender a Vivir Juntos” (cultura de paz) en el municipio de Cabrera y en Nagua, que continúan hasta ahora. “Se han beneficiado alrededor de 160 niños en unos 14 talleres de capacitación en estos temas”, informa Barceló.