En medio de la álgida campaña electoral que vive el país, y en la que se lanzan alegres acusaciones de corrupción, sin el aval de las pruebas correspondientes, resulta oportuno hablar de la transparencia con que se maneja el Departamento de Edificaciones Escolares del Ministerio de Educación, donde se ejecuta un vasto plan de construcción de planteles, por un valor que supera los 11 mil 550 millones de pesos.

Desde que la titular de esa cartera, doctora Josefina Pimentel, asumió el 3 de febrero del año pasado, junto a un equipo de competentes y probos funcionarios, esa cartera ha invertido 3 mil 50 millones de pesos en la terminación de 108 planteles, con 800 nuevas aulas, para beneficiar a 85 mil nuevos alumnos.

Y dentro del Presupuesto Nacional del año en curso se han destinado 11 mil 500 millones de pesos para levantar 257 nuevos centros educativos, que constan de 2,360 aulas, que albergarán a 116 mil estudiantes.

Al frente del Departamento de Edificaciones Escolares se encuentra el consagrado ingeniero William Sifré, con quien tuve recientemente la oportunidad de intercambiar opiniones en torno al tema, indicándome que todas estas escuelas se han adjudicado en estricto cumplimiento a la Ley 340-06 sobre Contratación de Obras y Servicios del Estado.

Hemos celebrado once licitaciones públicas para adjudicar las construcciones, sin que hasta la fecha se haya presentado la primera objeción sobre los procedimientos seguidos, los cuales están disponibles para su acceso, a cualquier interesado, a través de las páginas en Internet del Ministerio de Educación, nos indicó el ingeniero Sifré.

“Para adjudicar los contratos no solo tenemos en cuenta la capacidad de los profesionales o de sus empresas, sino también su idoneidad personal, así como los recursos financieros y equipos de que disponen para asegurar la calidad de la construcción”, nos indicó el Viceministro de Educación.

El ingeniero Sifré también nos explicó que se da un estricto seguimiento al cumplimiento de las especificaciones contractuales, desde estudios de suelos y calidad de las fundaciones, así como el acero y el hormigón industrial que se exige para las obras, y cuando la obra está concluida se hace una evaluación técnica minuciosa de las áreas con que cuenta el centro educativo y se le exige al ingeniero contratista la entrega de una póliza de vicios ocultos con la finalidad de corregir las posibles fallas que se detecten con el tiempo.