Educación pertinente para el siglo XXI

Educación pertinente para el siglo XXI

FAUSTO MOTA
En el desafío de articular una política educativa que responda a las expectativas de un nuevo siglo caracterizado por el fenómeno de la globalización y la revolución de las comunicaciones para incidir en el crecimiento económico y en la productividad de la nación dominicana, la actual gestión educativa ha avanzado claramente en su línea de acción.

Su orientación se concretiza en cinco ejes: equidad, calidad, innovación, modernización y educación para el trabajo. Estos ejes son la esencia del quehacer educativo dominicano y se asumen en la perspectiva de una misión de «cambio de dirección» y se sustentan en la eficiencia, la creatividad y el compromiso que innegablemente son aspectos relevantes de la globalización.

Las aspiraciones son posibles conforme se conjugan armoniosamente los términos de liderazgo y calidad que son consustanciales al desarrollo en esta época informática.

Esto queda evidenciado por ejemplo en la visión empresarial y en sus parámetros del mundo desarrollado, así para Bill Gates, el hombre más rico hacia el año 2000 (dos mil), la diferencia entre las empresas de punta y «el pelotón» estriba en «realizar un trabajo de primera con la información», pues ganar o perder, en término de rentabilidad dependerá de «como captamos, gestionamos y utilizamos la información» (Gates, 1999, 25).

La información, deriva Gates, debe circular en las empresas de modo que el conocimiento se maximice constantemente, ahí está la clave del éxito, más que en la eficiencia de los procesos. En consecuencia se necesita un flujo rápido de informaciones fiables para agilizar los procesos, elevar la calidad y mejorar la ejecución operativa.

Al momento de definir políticas que coadyuven a la consecución de los estándares de calidad deseados son referentes necesarios: eficiencia terminal, tasa de deserción, tiempo medio de egreso, eficiencia de titulación, índice de titulación, tasa de reprobación, seguimiento de egresados, hábitos de estudio y el costo de la docencia. En el orden y el  nivel en que se expresen esos indicadores se concretizará la calidad académica y el liderazgo, su «correcto ejercicio», es factor que permite crear el clima ideal para asegurar nuestro propósito esencial que es elevar la calidad educativa hasta situarla en la línea de los estándares internacionales de aquellos países que han logrado a través del fortalecimiento de su plataforma educacional insertarse en la senda del progreso y del bienestar colectivo.

Otros requerimientos importantes para elevar al máximo estos parámetros y poder cristalizar los propósitos de la presente gestión educativa, son centrar la atención en la conectividad y en el progreso de la tecnología como medios eficaces para transformar el servicio, facilitar y ampliar el aprendizaje, trabajar en las habilidades gerenciales y en la formación, capacitación y actualización de los recursos humanos, al tiempo que la gestión se moderniza y se eficientiza en sus estructuras, actitudes, procesos, conductas y disposiciones.

La República Dominicana en los albores de este siglo XXI está conminada y encaminada a dar un salto cualitativo en el ámbito educativo. Para lograrlo eficazmente es imprescindible acentuarlo a través de desarrollar en los diferentes espacios un liderazgo transformacional que se sustente en el logro de objetivos por consensos, que su prioridad sea la escuela con miras a la excelencia, que preste atención a la individualidad, la colectividad y la diversidad, distribuyendo equitativamente responsabilidades, compartiendo la autoridad y el liderazgo, fomentando el trabajo en equipo, descentralizando los procesos y las acciones, utilizando símbolos y rituales que expresen los valores culturales de una escuela moderna, transformadora, transpersonal, comprometida, integral, desafiante y apasionante. Una escuela que de respuestas a los requerimientos de esta nueva sociedad del conocimiento, la innovación y la creatividad.

En el entendido, de que este proceso formativo es una responsabilidad y un compromiso ineludible de todos y todas, afirmamos que: si lo soñamos, si lo queremos, si lo trabajamos con amor, pasión y con amplia visión de futuro, lo lograremos, por lo que juntos y juntas debemos concebir, interiorizar, repetir y hacer realidad, que: «sin hoy no hay mañana, avancemos ahora a la instauración de una educación eficaz, eficiente y pertinente».

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