POR M. ARISTY CAPITAN
Diez carreras serán puestas bajo observación como parte de la autoevaluación quinquenal de las universidades, un proceso que comenzó formalmente ayer y busca determinar cuál es la calidad de las instituciones de educación superior del país y cuáles son los aspectos que deben mejorar.

La secretaria de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (SEESCYT), Ligia Amada Melo, informó que las carreras que se medirán son: en el área de Humanidades, Educación y Comunicación Social; en la de ingeniería, las ingenierías Civil, Química y Electrónica; en Ciencias Jurídicas y Políticas, Derecho; en Ciencias Económicas y Sociales, Contabilidad y Administración de Empresas; y en el área de la Salud, Medicina y Odontología.

Melo sostuvo que ninguna de estas carreras puede quedarse fuera de la autoevaluación pues quieren medir la calidad de los egresados de cada una de ellas. “Estas áreas tienen carreras en las que están la mayor cantidad de estudiantes, por tal motivo queremos ver si el producto es bueno”.

De ese producto, resaltó Melo, dependen muchas cosas. “Una de las carreras que más nos interesan, por ejemplo, es educación. Sabemos que el sistema educativo tiene deficiencias y por eso queremos ver cómo está la carrera de Educación en las universidades: hay que remover todo eso para contar con una formación de maestros más actualizada, que permita que los maestros que egresan de nuestras universidades tengan la calidad suficiente”.

La funcionaria recordó que las universidades que comenzarán el proceso son la Autónoma de Santo Domingo (UASD), Iberoamericana (UNIBE), Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), Central del Este (UCE), Instituto Tecnológico del Cibao Oriental (ITECO), Central Dominicana de Estudios Profesionales (UCDEP), Organización y Método (O & M), Tecnológica de Santiago (UTESA) y la Federico Henríquez y Carvajal (UFHEC).

Entre los componentes que evaluarán se destacan la filosofía de las instituciones, sus estatutos orgánicos, misión, su visión y la organización administrativa y académica. También sus niveles de actualización, si responde a las demandas de la sociedad de hoy, el tipo de oferta de estudios, hace cuánto que se elaboraron, si son pertinentes con las necesidades del país, si están realizando investigaciones y el tipo de recursos humanos que tienen.

Respecto a las condiciones en que está la infraestructura física, Melo resaltó que precisarán si tienen el registro organizado, si tienen biblioteca, las condiciones en las que están las aulas y los niveles de iluminación y ruido.

En cuanto a los estudiantes, lo que más les interesa es determinar lo que tiene que ver con los servicios estudiantiles. “Queremos saber en qué medida las universidades les ofrecen apoyo a los estudiantes, cuáles son sus niveles de tutoría. Además queremos saber cómo las universidades evalúan los aprendizajes”.

Melo ofreció estas declaraciones momentos antes de entregarles a las universidades los cuestionarios que utilizarán para la autoevaluación. Cada institución deberá comenzar el proceso en los próximos cuarenta y cinco días y tendrá hasta un año y medio para terminar.

Una vez que las universidades terminen la autoevaluación, serán sometidas a una evaluación externa que hará un grupo de técnicos que serán contratados para tales fines. Del informe hecho por los técnicos, agregó Melo, surgirá la evaluación final de cada institución.