Educación y corrupción

Educación y corrupción

Bonaparte Gautreaux Piñeyro

El primer primero es educar, pero ¿en qué consiste la educación?
Educar es “Dirigir, encaminar, doctrinar.Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios ejemplos, etc., Educar la inteligencia, la voluntad. Desarrollar las fuerzas físicas por medio del ejercicio, haciéndolas más aptas para su fin. Perfeccionar, afinar los sentidos. Educar el gusto. Enseñar los buenos usos de urbanidad y cortesía”.
La definición es del Diccionario de la Real Academia Española.
La sabiduría acumulada en el largo desarrollo de la lengua dice que se debe iniciar la educación desde la infancia y hace hincapié en el ejemplo, en educar la inteligencia y la voluntad y enseñar los buenos usos de urbanidad y cortesía.
En una palabra, el primer responsable de la educación es el hogar. Que haya estabilidad, amor, solidaridad, que los padres trabajen, que actúen siempre con honestidad, que su ejemplo sirva, para siempre, como modo de conducta de los niños de hoy quienes mañana dirigirán todas las acciones en la sociedad.
Ahí comienza todo, en el calor familiar, en el desenvolvimiento de los padres ante todos os desafíos que se presentan a diario en el hogar, en el trabajo, en la interacción entre unos y otros, en sus relaciones y lazos con la familia y en su actitud ante los gobernados a quienes se les debe exigir respeto por los derechos de todos, pero también hay que cumplir con las obligaciones ciudadanas.
En el libro de lectura del tercer curso de la educación primaria había muchos relatos simples, profundos plenos de enseñanzas y ejemplos cargados de sabiduría y bondad.
En uno de ellos, la familia sentada a la mesa, el padre servía los alimentos, el gato rasguñaba la pierna del niño, reclamando comida y el pequeño le responde al animal: ¿de qué me pides los huesos si aún no me han dado la carne?
La gran enseñanza de ese relato es que todo tiene su tiempo, todo tiene su lugar. Debemos aprender que pase lo que pase, mañana saldrá el sol y, además, que el sol sale para todos.
El ejemplo, pues, es el principal arquitecto de la educación. Por eso, el sabio doctor Albert Schwaitzer, respondió a la pregunta de un periodista sobre qué era la educación, con estas simples palabras: lo primero es, el ejemplo, lo segundo es, el ejemplo y lo tercero es, el ejemplo.
La persona bien educada, difícilmente caerá en el abismo de la corrupción, que, entre otras cosas, “En las organizaciones, especialmente en las públicas, utiliza las funciones y medios de aquellas en su provecho, económico o de otra índole” Definición glosada del diccionario de la Real Academia de la Lengua.

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