La producción económica puede mejorarse aumentando las inversiones de capital en equipos muy automatizados que reducen la mano de obra calificada, o la fuerza de trabajo; con ayuda financiera externa, reducción de la fuga de cerebros, la utilización de técnicos extranjeros y leyes de incentivos y los acuerdos comerciales internacionales.
El gasto en la educación tiene dos componentes: el que significa una inversión para la producción, y el que se ofrece para satisfacer la demanda social para otros fines. No es posible una división real entre ambos, pero en los países subdesarrollados el aplicable como inversión es bastante superior a otro.
En cuanto a los gastos que genera la educación, éstos pueden ser estudiados desde diferentes ángulos.
La República Dominicana cuenta con una población entre 5 y 14 años superior al 30% de la población, mientras en Europa Occidental y Estados Unidos los alumnos, de esas edades no pasan del 17%. El rápido crecimiento urbano determina también un aumento considerable en la demanda de educación, que debe ser tomada muy en cuenta en la formación de los planes educativos.
Los gastos para la educación deben representar un porcentaje del 5% al 6% del Producto Interno Bruto (PIB), o del 20% del Presupuesto Nacional, como inversiones factibles para enfrentar las tareas del desarrollo en países como el nuestro, incluyendo los que deben aportar los municipios y el sector privado.
Las construcciones escolares no tienen que ser palacios, sino sólidas, bien emplazadas para prevenir las catástrofes naturales; y modulares, para añadir nuevas aulas y laboratorios de ser necesario, con un formato uniforme que las identifiquen.
El costo de la educación por estudiante graduado en un ciclo de enseñanza puede variar. Allí donde hay gran eficiencia, como en Estados Unidos, donde el costo es de 1.1 veces en la primaria, mientras en América Latina el promedio es de 4.12 veces. Esta diferencia se explica por las altas tasas de deserción y fracasos escolares que prevalecen.
El propio proceso docente supone la utilización de un alto porcentaje de mano obra calificada. Del 40 al 50% de acuerdo a Skorov; lo cual constituye al mismo tiempo una importante fuente de empleos, una inmovilización temporal de recursos humanos calificados y una pesada carga financiera para el país; aunque su actividad a la larga multiplica con creces esos recursos desviados de la producción.
Deben aprovecharse otras posibilidades de financiamiento, tanto interno como externo, para las inversiones en educación. Los préstamos y donaciones para la educación están disponibles en muchos casos, permitiendo una mejor organización del sistema educativo.
Los ayuntamientos deben participar también en el financiamiento de la educación , así como en su supervisión, la formación pre-escolar y la técnico vocacional.
Finalmente, la educación es tan importante que no se le puede dejar solo a los políticos. El empresariado, los grupos profesionales, además de los ayuntamientos y grupos comunitarios, deben participar para que cada centavo destinado a tan noble labor sea gastado en beneficio de la elevación cultural, técnica y moral de la juventud dominicana.