Educación y pruebas PISA

Educación y pruebas PISA

Los que de alguna manera hemos estado interesados e involucrados en asuntos educativos en la República Dominicana, no nos hemos sorprendido con los pobres resultados obtenidos por el país en las Pruebas PISA. En el momento en que se decidió participar en las mismas, lo consideramos como una osadía, debido al bajísimo nivel que tenían nuestros estudiantes. Es importante señalar que sólo 79 países participan en estas pruebas, y de ellos latinoamericanos son nada más 10.
Aunque los estudiantes son los protagonistas del desastre, las culpas se tienen que repartir entre varios: Las universidades que expiden los títulos que convierten en profesionales a quienes no tienen capacidad para ello. El Ministerio de Educación Superior, quien se supone regule a esas entidades. El Ministerio de Educación, encargado de nombrar directores y profesores de las escuelas públicas, además de evaluarlos y sancionarlos si no cumplen con su deber. Los “Profesores”, quienes parecen estar más interesados en sus reivindicaciones que en enseñar. Y por último los padres de los alumnos, quienes no exigen que las cosas cambien.
Ahora bien, sin importar los resultados de esta evaluación creemos que el 4% del PIB era y es necesario, ningún país puede desarrollarse, y menos en esta época, si no es a partir de conocimientos basados en el saber, lo de la mano de obra barata y sin conocimientos pierde vigencia rápidamente.
Creo que la utilización de los mencionados recursos, que son muy cuantiosos, por parte del Ministerio de Educación pueden ser cuestionados, ya que cuando se mezclan el sindicalismo y la politiquería con temas tan importantes como la calidad educativa, los resultados no son buenos.
La actitud de la ADP, no ha sido constructiva, sus frecuentes paros de labores son irresponsables, y sus posiciones sobre la evaluación a los profesores no están encaminadas a lograr el reconocimiento a los mejores.
El lograr una mejor calidad educativa, no es sólo responsabilidad del Sindicato mencionado, pero es innegable que sin su colaboración nunca se logrará.
Obtener una mejor educación es un proceso de largo plazo y de continuidad en el tiempo, una “Revolución Educativa”, no se logra de un día para otro, y menos si se dedican el grueso de los recursos a construcción, aumento de salarios, burocracia innecesaria y tanda extendida.
Soy de los que creen que la educación pública necesita una dosis alta de talento foráneo, profesores bien formados que sirvan de ejemplo y guía al grupo local que se dedica a la enseñanza.
Esas personas, además del conocimiento traen nuevas técnicas que estimulan a los alumnos y despiertan su deseo de aprender, convirtiéndose en formadores de formadores. Me parecen que no existen razones lógicas para oponerse a esta iniciativa.
Lo acontecido es penoso, ahora lo correcto es que se tomen las medidas necesarias para que en las próximas mediciones mejoremos.
Los hechos siempre se imponen, no existe “Revolución Educativa” sin resultados positivos.

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