Educar a los hartones

<P>Educar a los hartones</P>

El doctor Winston Nicolás Gicks explica de forma muy llana y amena lo que es un yaniqueque. “Eso no es más que una masa de harina frita con un aceite reciclado que le toma al  estómago un tiempo largo poder procesar y cuyo aporte nutritivo se caracteriza por ser muy pobre”.

Más aún: “Ese aceite malo afecta todo el cuerpo. La gente no tiene idea del tiempo que dura impactando negativamente al organismo”.

Los dominicanos necesitamos que se nos oriente sobre lo que es la alimentación.

¿Se tiene algún estudio sobre cómo afecta la calidad de vida de los ciudadanos el estilo de alimentación?

Por lo visto, las autoridades no tienen el más mínimo control sobre el tipo de alimentación de la ciudadanía.

Tenemos ahora a dominicanos y haitianos preparando en patio, con manos sucias y con productos de mala calidad comida y cosas que el pueblo consume de manera muy normal.

De verdad que hay que tener buenas agallas y escrúpulos para engullirse un alimento que no tiene ningún tipo de indicación y especificación detallada sobre su proceso y control.

Aunque se ponga el frente contra el ejército de vendedores ambulantes, lo mejor que podrían hacer las autoridades es emprender una campaña masiva por todos los medios y en las escuelas para educar al ciudadano de modo que abandone esa costumbre de llenar la barriga con todo lo que encuentra en la calle sin averiguar mucho.

Es que los verdaderos culpables no son solo los vendedores, sino todos esos compradores incautos que buscan llenar la barriga sin averiguar mucho.

Para importar un producto se cumplen muchos requisitos; sin embargo aquí nos comemos todo sin ninguna especificación.

Comer sano no está ligado a pobreza, sino a nivel de formación.

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