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Washington, (EFE).- Estados Unidos acusó hoy a Catar de transgredir «normas humanitarias» internacionales al deportar violentamente a Bengasi a una mujer libia que aseguraba haber sido violada por soldados leales al presidente Muamar el Gadafi.
«Estamos muy decepcionados con el Gobierno de Catar por su regreso forzado, y creemos que se trata de una ruptura de normas humanitarias», dijo el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, en su conferencia de prensa diaria.
Iman al-Obeidi, aceptada como refugiada por la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (UNHCR), fue esposada y llevada a un avión la madrugada del jueves para volver a Libia. «Habíamos conversado en repetidas ocasiones con el Gobierno de Catar antes de la expulsión, pidiendo que se le permitiera viajar con funcionarios de la UNHCR a un tercer país en el que pudiera estar a salvo», denunció Toner.
El Gobierno estadounidense no ha hablado directamente con Obeidi desde su deportación, pero sí ha estado «en contacto con funcionarios» del opositor Consejo Nacional de Transición (CNT) en Bengasi, y ha dejado «muy claro el interés en su caso», añadió Toner.
El portavoz precisó que UNHCR está en contacto directo con ella y que «trabajan para enfrentar cualquier problema de protección que pueda tener», y añadió que la mujer se encuentra «a salvo» y que Estados Unidos seguirá trabajando para garantizar su viaje a un tercer país.
Obeidi, de unos 30 años, atrajo la atención de la prensa internacional a finales de marzo, cuando irrumpió llorando en el comedor de un hotel donde se alojaban los periodistas extranjeros en Trípoli para denunciar que había sido violada durante dos días por quince hombres de las fuerzas de Gadafi.
La situación degeneró en un enfrentamiento entre los agentes de seguridad y otros individuos que rompieron cámaras de los periodistas y trataron de impedir por la fuerza la grabación de los hechos, según Al Yazira.
El episodio concluyó con la detención de la mujer, y la explicación oficial del régimen libio de que sólo eran «fantasías» de una persona que estaba bebida, una versión que luego rectificaron para decir que era un caso de violación criminal común. EFE
