EE UU culpa Aristide de crisis y cuestiona su capacidad de gobernar; rebeldes bloquean envíos de alimentos y ayuda

EE UU culpa Aristide de crisis y cuestiona su capacidad de gobernar; rebeldes bloquean envíos de alimentos y ayuda

WASHINGTON.- La Casa Blanca culpó ayer sábado directamente al presidente haitiano Jean Bertrand Aristide por la crisis que amenaza su permanencia en el poder, y cuestionó «su capacidad para continuar gobernando» la nación caribeña.

«Esta crisis cocida a fuego lento es en gran parte producto de Aristide», dijo el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, en un comunicado de prensa.

«Su falta de adhesión a los principios democráticos ha contribuido a la profunda polarización y a los violentos disturbios que estamos viendo hoy en Haití» y «sus propias acciones cuestionan su capacidad para continuar gobernando», agregó.

Las duras declaraciones del país que antes sostenía al mandatario haitiano siguieron al discurso que Aristide pronunció por televisión a primera hora del sábado, en el cual dijo que su renuncia -que Estados Unidos, Francia y Canadá le sugirieron considerar- está «descartada».

Con los rebeldes armados que piden la renuncia Aristide acercándose a la capital haitiana, el presidente dijo que las sugerencias para que renuncie «son rumores sin fundamentos» de sus opositores «para provocar a la población y (generar) desórdenes».

[b]LLEGAN FUERZAS FRANCIA-EEUU[/b]

Un avión del ejército francés y dos de la Fuerza Aérea estadounidense, aterrizaron ayer por la mañana en el aeropuerto de Puerto Príncipe, constató un periodista de la AFP.

Los aviones C-130 estadounidenses volvieron a despegar inmediatemente en tanto una caravana de vehículos norteamericanos salió del aeropuerto con rumbo desconocido, según las fuentes.

Del avión francés en tanto salió un grupo de hombres vestidos de civil los cuales se dirigieron hacia la embajada en Puerto Príncipe.

Numerosos ciudadanos extranjeros se encuentran bloqueados en la capital haitiana luego de la decisión de varias aerolíneas de suspender sus conexiones con el país por razones de seguridad. Este sábado se sumó la holandesa Dutch Caribbean Airlines (DCA).

Sólo aviones de alquiler realizan vuelos desde y hacia el país, en tanto aparatos militares, sobre todo estadounidenses, se ocupan de mantener el aprovisionamiento de los 50 marines enviados para resguardar la embajada de Estados Unidos en Puerto Príncipe.

[b]SUSPENDE AVANCE[/b]

El líder rebelde Guy Philippe dijo ayer que suspenderá por un día o dos un planeado ataque a Puerto Príncipe, en respuesta a un pedido de Estados Unidos que vio por la internet.

Mientras tanto, los insurgentes continuarán convergiendo cerca de la capital, expresó en una entrevista desde su base de Cabo Haitiano, la segunda ciudad más importante de Haití controlada por los rebeldes desde el domingo pasado.

«Escuché que Estados Unidos pidió a nuestros hombres que frenen su avance a Puerto Príncipe», manifestó. «Está en las noticias, en la internet».

En un comunicado distribuido a la prensa el viernes en la noche, la embajada estadounidense pidió a los insurgentes que frenaran su avanzada hacia Puerto Príncipe.

[b]REITERA NO RENUNCIARÁ[/b]

Los saqueos prosiguieron en Puerto Príncipe luego que el acosado presidente haitiano Jean Bertrand Aristide reiteró ayer sábado que no renunciará y llamó a la calma a sus partidarios que sembraron la violencia en la capital y dejaron al menos 8 muertos.

Aristide se unió a Estados Unidos y la ONU en su rechazo a la violencia y urgió a sus partidarios a no tomar la ley en sus manos, al tiempo que señaló a la fuerza de policía -de unos 4.000 miembros- que debe «asumir sus responsabilidades».

Centenares de personas, muchas armadas, se apoderaban de todo lo que podían transportar.

Frente al principal hospital de Puerto Príncipe se podía ver en un charco de sangre el cuerpo de un hombre con los ojos vendados y las manos atadas a la espalda, luego de haber sido asesinado de un tiro en la cabeza.

[b]ANALIZAN CRISIS[/b]

El ministro francés de Asuntos Exteriores, Dominique de Villepin, mantuvo ayer contactos telefónicos sobre Haití con André Apaid, uno de los líderes de la oposición al presidente Jean-Bertrand Aristide, con el secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, y con el secretario general de la ONU, Kofi Annan.

Fuentes del ministerio francés explicaron que Villepin, que se encuentra en Pakistán, llamó a Apaid después de haberse entrevistado ayer en París con una delegación del Gobierno de Aristide, encabezada por el responsable de Asuntos Exteriores, Joseph Philippe Antonio, a quien resaltó la «urgencia que existe en avanzar en la búsqueda de una solución política». Se trataba de «hacer una evaluación de la situación», explicó una portavoz del ministerio francés, que precisó que el responsable diplomático francés ha recordado a sus interlocutores «la posición» de su país. Esa posición pasa por que Aristide «tenga en cuenta la situación actual» y «saque las consecuencias», lo que se ha interpretado como una invitación a que el presidente haitiano deje su cargo.

[b]BLOQUEAN AYUDA[/b]

El sangriento alzamiento rebelde ha bloqueado los envíos de alimentos y ayuda humanitaria y ha elevado los precios de las mercancías, haciendo que una numerosa porción de la población más necesitada no pueda acceder a los insumos más básicos.

Los trabajadores de ayuda humanitaria intentan distribuir alimentos en medio del creciente caos haitiano.

La rebelión de más de tres semanas contra el presidente Jean-Bertrand Aristide tiene lugar después de las inundaciones de diciembre, que arrasaron las cosechas de maíz y mandioca de la nación más pobre del continente americano.

Las agencias humanitarias advierten sobre una inminente crisis: las carreteras bloqueadas han impedido el desplazamiento de los embarques con ayuda alimenticia y de medicamentos, la escasez de combustibles está incrementando cada vez más los costos de transporte y los precios de todas las mercancías, desde los frijoles hasta el aceite de cocinar.

Las canastas de tomates y frijoles, y sacos de arroz y harina apilados en los pasillos de un mercado de esta ciudad parecen poner a prueba a los residentes que pasan por allí, luchando por ver cómo hacen para alimentar a sus familias con las pocas monedas que les quedan.

Roseline Jacques, madre desempleada con siete hijos, utilizó el poco dinero que recolectó mendigando y lavando ropas para comprar un pequeño paquete de arroz.

Sin dinero para comprar el carbón para cocinar el arroz, el viernes compartió con sus hijos un plato de raíces hervidas que le dio un vecino, su único alimento del día.

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