EE.UU. decide paz Cercano Oriente

EE.UU. decide paz Cercano Oriente

UBI RIVAS
El 2 del presente mes de marzo, cursando una visita oficial extendida por el presidente ruso Vladimir Putin al grupo palestino Hamás, en Moscú, el jefe de esa delegación, Jaled Mishal, manifestó que Hamás ofrece la paz a Israel a cambio de la retirada definitiva de los territorios ocupados.

Mishal se refería a los territorios de Cisjordania y la Franja de Gaza, que conforme a los Acuerdos de Oslo de 1993, refrendados en Wye Plantation, Maryland, USA, el 13-09-93, por el rais Yasser Arafat, que por primera vez oficialmente reconoció al Estado de Israel, el premier israelí Yitzak Rabin, teniendo como garante al presidente Bill Clinton, y en que se acordó adjudicarle esos terrenos a la naciente Autoridad Nacional Palestina (ANP), crisálida de la fundación del inexorable Estado Palestino.

También aludía Mishal a Wye Plantation del 23-10-98, en que 20 años después del primer Camp David I del 01-03-78, que propició un acercamiento para negociaciones definitivas entre las dos partes beligerantes, en los jardines de la Casa Blanca, sede del Poder Ejecutivo de USA, entre el premier Menachen Begin y el presidente egipcio Anwal el-Sadat, en que Israel aceptó la retirada total de Cisjordania a cambio del cese de los actos dinamiteros, última acción desesperada para hacer valer sus derechos negados que Israel denomina “terrorismo”, y los disparos de cohetes Katiuska de la resistencia palestina a la reincidencia de Israel a no respetar los acuerdos suscritos.

Algo más atrás, Mishal se refería a la resolución de las Naciones Unidas 242 del 22-11-67, luego de culminar la Guerra de los Seis Días, de junio de ese año, en que ordenaba a Israel desocupar las áreas conquistadas, el Sinaí, Altos de Golán, y la parte oriental de Jerusalén, perteneciente a Egipto, Siria y Jordania, respectivamente.

El líder palestino aludía incuestionablemente a la resolución 338 de las Naciones Unidas del 22-10-73 que ratificaba el espíritu de la 242, en esta ocasión por la anexión de territorios por Israel, luego de la guerra de Yon Kippur de ese año.

“Nuestro movimiento dará pasos hacia la paz con Israel si anuncia oficialmente la disposición de marcharse de los territorios palestinos y volver a las fronteras de 1967, de permitir el retorno de los refugiados palestinos (3.8 millones) de destruir el muro de separación y de liberar a todos los palestinos presos” (unos ocho mil), expresó Mishal.

“Este es nuestro mensaje, y esperamos que la comunidad mundial nos respalde, va en interés de todo el mundo cooperar con Hamás. La ocupación es el pasado, Hamás es el futuro”, precisó Mishal, para concluir:

“En cuanto a la tregua, la pelota ahora se encuentra en el tejado (en el lado) de Israel que no frena su agresión y no responde a la anterior iniciativa de paz palestina, por lo que no albergamos demasiadas esperanzas en lo que se refiere al cese del fuego”.

Desde 1978 en que se produjo Camp David I hasta la Hoja de Ruta, cosecha del presidente George Bush Jr. del 14-05-03, donde se formaliza por primera vez de manera espontánea de un presidente norteamericano un diseño de paz equitativo para las dos partes enfrentadas. El Estado de Israel ha boicoteado, desdeñado, burlado, no honrado ocho acuerdos desacordados.

Es evidente que tanto en la guerra como en la paz, el Estado de Israel ha contado con el apoyo incuestionable de Estados Unidos para todo, porque, solo, nunca hubiese podido ni uno ni lo otro frente a los árabes.

Ahora la pelota, más que nunca, está no en Jerusalén, usurpada capital del Estado de Israel, sino en Washington, D. C. En la Casa Blanca. En la decisión para una paz definitiva en Oriente Próximo, del presidente Bush Jr.

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