Washington. Estados Unidos impondrá a partir del próximo 24 de septiembre aranceles del 10 % por valor de 200.000 millones de dólares a productos chinos, en el marco de la guerra comercial que libra con el gigante asiático.
Así lo ordenó este lunes el presidente estadounidense, Donald Trump, según un comunicado publicado por la Casa Blanca.
El mandatario destacó en el texto que esos gravámenes aumentarán al 25 % a partir del 1 de enero y lanzó una advertencia a Pekín.
“Si China toma represalias contra nuestros agricultores u otras industrias, inmediatamente iniciaremos la tercera fase, que consiste en aranceles de aproximadamente 267.000 millones en importaciones adicionales”, dijo Trump.
En una rueda de prensa, funcionarios estadounidenses, que pidieron el anonimato, explicaron que se decidió empezar con unos aranceles más bajos a los anunciados en agosto con el objetivo de dar más tiempo a los estadounidenses y sus empresas para buscar sustitutos a los productos chinos. Este movimiento busca mitigar los efectos del cambio, detallaron los citados funcionarios.
En julio, el Gobierno publicó una lista de los productos que se verían afectados por los aranceles y entre los que figuraban reactores nucleares, señales de tráfico y componentes de trenes.
Durante semanas, se llevó a cabo un proceso de consultas públicas que culminó con la decisión de conceder exenciones a varios artículos, como aparatos electrónicos que usan el sistema bluetooth, así como productos químicos para la agricultura y utensilios para hospitales, como guantes de plástico.
Algunas de esas exenciones benefician a la compañía tecnológica Apple, con sede en Cupertino (California) y que compra a empresas chinas algunos de los componentes de sus aparatos electrónicos.
La aprobación de los nuevos aranceles llega días antes de que EE.UU. y China inicien un nuevo ciclo de negociaciones comerciales que tendrá lugar entre el 27 y 28 de septiembre en Washington, según desveló este fin de semana el diario The Wall Street Journal.
El periódico apuntó que la imposición de estos gravámenes busca dar una ventaja a Washington en la que sería su quinta ronda de negociaciones comerciales.
Las dos mayores economías del mundo están inmersas desde hace meses en una guerra comercial por los aranceles que Washington está imponiendo a las importaciones chinas.