Washington.– Estados Unidos está negociando con países de Sudamérica para expulsar allí a algunos haitianos si vuelve a haber una ola de migrantes de esa nación que llegan a su frontera, dijo en una entrevista con Efe el secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Alejandro Mayorkas.
En su conversación con Efe, Mayorkas confirmó además que Estados Unidos planea volver a implementar antes de que acabe el año el programa “Quédate en México«; y defendió la política conocida como Título 42, por la que Estados Unidos deporta automáticamente a la mayoría de los indocumentados que llegan a su frontera sur.
PREGUNTA: Un mes después de que miles de inmigrantes haitianos se concentraran bajo el puente internacional de Del Río (Texas) y de que circularan las imágenes de agentes que los hostigaban desde sus caballos, ¿qué lecciones ha aprendido el Gobierno? ¿Hay algo que harían de manera diferente si vuelven a llegar grandes grupos de migrantes haitianos a la frontera? ¿Se comprometen a no volver a expulsar a esos migrantes de forma masiva a Haití?
RESPUESTA– Creo que el término “expulsiones masivas” es inaplicable. Hubo una gran cantidad de ciudadanos haitianos que cruzaron la frontera por un lugar concreto en un período de tiempo muy, muy corto, lo cual fue muy inusual para las personas que han dedicado tres décadas a trabajar a lo largo de la frontera, tanto en la Patrulla Fronteriza como en organizaciones comunitarias, y hemos aprendido de esa experiencia.
Y si hubiera otro movimiento de individuos como ese, estamos preparados para ello. Sé que el Departamento de Estado está trabajando muy intensamente con países de Sudamérica, desde los cuales viajaron más recientemente los migrantes haitianos, para ver si esos países de Sudamérica aceptarían el regreso de los ciudadanos haitianos que llegan (a la frontera sur de Estados Unidos) entre nuestros puertos de entrada. Eso es algo que se está trabajando muy enérgicamente.
P- Pero sigue habiendo una posibilidad de que se devuelva a esos migrantes a Haití en varios aviones, como la última vez, ¿verdad? R- Sí, la hay.
LA REAPERTURA DE LA FRONTERA CON MÉXICO
P- Usted ha anunciado esta semana que, a principios de noviembre, Estados Unidos abrirá sus fronteras terrestres con México y Canadá, y requerirá a los viajeros que quieran ingresar una prueba de vacunación con pauta completa.
¿Aceptará Estados Unidos la entrada de aquellos mexicanos inoculados con vacunas que no han sido autorizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como Sputnik V y CanSino?
R– Los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) decidirán qué vacunas se aceptarán. Y creo que si alguien tiene una vacuna que no esté aceptada, entonces no se permitirá el viaje, a menos que haya otra excepción a la que pueda acogerse.
P- ¿Y se esperan excepciones para los niños no vacunados?
R- No sé la respuesta a esa pregunta, creo que es algo que decidirán los Centros para el Control de Enfermedades.
P- A estos viajeros se les permitirá la entrada desde principios de noviembre, al igual que a los que vuelen desde la mayor parte de Europa. ¿Espera que sea desde la primera semana de noviembre o la segunda?
R- Creo que aún no se ha decidido. Tenemos el objetivo de lograrlo lo antes posible en noviembre.
EL REGRESO DE “QUÉDATE EN MÉXICO»
P- Una pregunta sobre el programa “Quédate en México” (MPP, en inglés), que impulsó el Gobierno de Donald Trump y por el que los indocumentados que solicitaban asilo en la frontera sur de EE.UU. tenían que esperar en el país vecino a que se tramitaran sus peticiones.
Un juez federal ha ordenado a la Casa Blanca que restablezca ese programa, y el congresista Henry Cuéllar ha dicho que la política se reiniciará “en algún momento del próximo mes” en Laredo (Texas). ¿Podría confirmar eso? ¿Y se reiniciará solo en Laredo o también en otros lugares?
R- Nosotros pusimos fin a ese programa y nos demandaron por hacerlo. Y ahora estamos bajo una orden judicial para implementar ese programa, no solo en Laredo, sino a lo largo de toda la frontera sur.
Esa es una orden de la corte que estamos obligados a seguir y, por lo tanto, debemos cumplirla, y estamos obligados a implementarla lo más rápido posible. Y para hacer eso, estamos en conversaciones con el Gobierno de México, porque se requiere que ambos países estén de acuerdo con ese programa.
P- ¿Y no puede confirmar que se reiniciará el próximo mes? R- No puedo. Es nuestra obligación ante el tribunal implementarlo, iniciarlo lo más rápido posible y estamos trabajando para hacerlo, a pesar de nuestra oposición.
P- Pero será este año, probablemente, ¿verdad?
R– Sí.
P- Y, en segundo lugar, ¿cómo se asegurará de que, una vez que reinicie este programa, los migrantes expulsados ??a México estarán protegidos de los abusos de derechos humanos que han ocurrido en el pasado, como violaciones o secuestros? ¿Está hablando con las autoridades mexicanas para garantizar mejores condiciones para los migrantes?
R- Estamos trabajando muy de cerca con el gobierno mexicano, ese es uno de los temas importantes de nuestras conversaciones con ellos. Y, por supuesto, comparten ese compromiso de atender las necesidades de las personas que están sujetas al programa.
P- Usted ha prometido emitir una nueva medida para acabar de nuevo con MPP. ¿Debemos esperar que, una vez que se restaure el programa, no durará mucho tiempo en vigor, porque volverán a cancelarlo?
R- Creo que lo más probable es que eso lo decidan los tribunales. Nuestra Administración ha indicado que emitirá un nuevo memorando a la luz del fallo de la corte, y lo que pueda pasar a partir de entonces… Creo que vamos a tener que dejar que el sistema judicial decida.
DEFENSA DEL TÍTULO 42
P- Bajo el Título 42, Estados Unidos deporta automáticamente a la mayoría de los adultos indocumentados que llegan a su frontera sur, amparándose en la pandemia.
Miles de migrantes están siendo expulsados sin poder siquiera argumentar que tienen un temor creíble de persecución si son devueltos a sus países de origen, algo que es un derecho básico bajo las leyes de EE. UU. y las normas internacionales sobre asilo. Usted mismo es un inmigrante que llegó desde Cuba, ¿cómo puede seguir justificando esta política?
R- Creo que su pregunta es muy importante y muy justa. Es muy importante comprender que el Título 42 no es una política de inmigración que nosotros hayamos adoptado.
No estaría de acuerdo si alguien intenta definir nuestras políticas de inmigración refiriéndose al Título 42.
Nuestras políticas de inmigración están definidas por nuestro reinicio de DACA, nuestro fortalecimiento de DACA; por poner fin a la regla de carga pública que privó a los inmigrantes de acceder a beneficios, por eliminar las barreras a la naturalización; por proporcionar nuevas directrices a los agentes migratorios para proteger a 11 millones de personas (indocumentadas) de deportaciones injustas (…).
El Título 42 es una autoridad de salud pública que tienen los Centros para el Control de Enfermedades y que han ordenado que se use, porque estamos en medio de una pandemia y cientos de miles de personas, solamente en este país, han muerto debido a esa pandemia.
P- Sí, pero cada vez más expertos en salud se están pronunciando en contra del Título 42 y dicen que no hay pruebas de que esta política evite la propagación de la covid-19.
Además, esa medida no se aplica a otros viajeros que entran a EE.UU. ¿No le preocupa que esto pueda alimentar el discurso de que los migrantes son portadores de enfermedades, y que eso aumente la discriminación contra ellos?
R- Estoy muy, muy preocupado por cualquier narrativa falsa que tenga un sentimiento antiinmigrante, y se lo puedo decir como inmigrante. Pero viajar a los Estados Unidos con un método (legal) es muy, muy diferente a cruzar la frontera entre los puertos de entrada, y tener que ser llevado por necesidad a una estación de la Patrulla Fronteriza, que no es capaz de aislar y poner en cuarentena a las personas que tienen covid.
Hemos visto aumentar la tasa de infección por covid-19 durante meses entre la población migrante en las estaciones de Patrulla Fronteriza- pasó de aproximadamente 12 % al principio a alrededor del 20 %. Y hemos visto a niños no acompañados en entornos con mucha gente que se infectan con covid-19.
Por tanto, este es un esfuerzo para proteger a la propia población migrante. Y, respetuosamente, le diría que los expertos de los Centros para el Control de Enfermedades no estarían de acuerdo con ese argumento.
P- ¿Le preocupa que, si se pone fin al Título 42, pueda haber una gran oleada de inmigrantes indocumentados en la frontera? ¿No es ese un factor en la decisión del Gobierno de mantenerlo en pie?
R- No. Estamos preparados para abordar la migración tal como ocurre en nuestras fronteras. Hemos demostrado nuestra preparación para ello. Y la decisión de aplicar el Título 42 no es una decisión que se base en la gestión de fronteras.
Se basa en hechos y datos de salud pública que los Centros para el Control de Enfermedades evalúan y determinan.
P- ¿Y no cree que la Administración esté violando sus obligaciones internacionales en materia de asilo?
R- Hay excepciones a la aplicación del Título 42- (las previstas en) la Convención contra la Tortura, o (las que conciernen a) individuos que tienen vulnerabilidades especiales.
No se lo aplicamos a ellos. Y seguimos creyendo que el ejercicio del Título 42 por parte de los Centros para el Control de Enfermedades es, de hecho, legal.
P- Si no dependiera de los CDC sino de usted, ¿seguiría con esta política?
R– Está bastante claro que un gran número de familias tienen la oportunidad de defender su caso, y eso lo demuestran los datos.
Estuvimos considerando un enfoque diferente al del Título 42 cuando el éxito en la lucha contra la pandemia justificaba un enfoque diferente. Pero luego surgió la variante delta, con gran fuerza e impacto, y eso fue un verdadero revés para el bienestar del público desde una perspectiva de salud, así que (continuamos) el uso del Título 42.
OTRAS TRABAS AL SISTEMA DE ASILO
P- Antes de llegar al poder, el presidente Biden dijo que le llevaría unos seis meses restablecer completamente el procesamiento de asilo en la frontera.
Ya lleva casi nueve meses en el poder, y sé que no todo funciona exactamente como debería debido al Título 42, pero si la pandemia terminara y las cosas volvieran a la normalidad, ¿está ya listo el sistema de asilo?
R- Lo que subyace al Título 42, el estado de la pandemia, es un obstáculo muy importante, pero también hay más.
Está el hecho de que en los últimos cuatro años, la agencia de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (Uscis) ha sido diezmada financieramente debido a las políticas y prácticas de la administración anterior, y estamos reconstruyendo esa agencia (…).
Recién ahora estamos contratando nuevamente a funcionarios de asilo y construyendo el personal, el equipo y las instalaciones para procesar las solicitudes de ayuda humanitaria. Ese es uno de los obstáculos que encontramos y que estamos superando.
P- Usted acaba de anunciar además el fin de las redadas en los lugares de trabajo en Estados Unidos, ¿qué efecto espera que tenga eso en la población indocumentada?
R- El hecho de que alguien esté presente ilegalmente en los Estados Unidos no es, por sí solo, una base para tomar medidas coercitivas en su contra. Ese fue un principio que expresé en septiembre (…), y lo que vamos a hacer es enfocar nuestros esfuerzos en los empleadores que explotan, que se aprovechan de la vulnerabilidad de los trabajadores que podrían no tener documentación; a enfocar nuestros esfuerzos en esos empleadores sin escrúpulos.