EE.UU. pierde otro argumento sobre Irak

EE.UU. pierde otro argumento sobre Irak

WASHINGTON (AFP).- La ausencia de cooperación entre la red terrorista Al Qaida y el régimen de Saddam Hussein, señalada por la comisión independiente, deja en posición aún más incómoda a Washington, cuya política en Irak ya debilitada ante la no aparición de las armas de destrucción masiva y el escándalo de las torturas.

El informe preliminar de la comisión independiente sobre los atentados del 11 de setiembre, en el que se afirma que no hay «pruebas creíbles» sobre una cooperación entre Bagdad y Al Qaida «para perpetrar atentados en Estados Unidos», supone un severo golpe a uno de los principales argumentos esgrimidos por el presidente George W. Bush y su equipo para justificar la guerra.

El adversario demócrata de Bush en la elección presidencial de noviembre, el senador John Kerry, acusó a la administración de haber «inducido a Estados Unidos al error».

The New York Times pidió a la administración Bush en un editorial que se «disculpara» ante el pueblo de Estados Unidos por haber presentado argumentos insostenibles.

Pero Bush reaccionó rechazando cualquier idea autocrítica e insistió este jueves que Saddam Hussein tenía «relaciones» con Al Qaida. «La razón por la cual insisto en que había una relación entre Irak y Saddam y Al Qaida es porque había una relación entre Irak y Al Qaida», dijo a los periodistas.

A pesar de las objeciones de numerosos expertos, incluyendo algunos gubernamentales, que desde hace tiempo señalan que ese tema no tiene fundamento, Bush y su equipo no parecen estar dispuestos a corregir esa idea frente a la opinión pública.

Saddam Hussein «era una amenaza porque era un enemigo jurado de Estados Unidos, igual que Al Qaida. Era una amenaza porque tenía conexiones no solamente con Al Qaida, sino con otros», dijo este jueves Bush.

El secretario de Estado Colin Powell denunció en una espectacular exposición en el Consejo de Seguridad de la ONU en febrero de 2003 «las siniestras vinculaciones entre Irak y la red terrorista Al Qaida».

El propio Bush afirmó el 1 de mayo siguiente que derrocando al dictador iraquí, «hicimos partir a un aliado de Al Qaida y cortado una fuente de financiamiento del terrorismo».

Su vicepresidente, Dick Cheney, volvió a la carga el lunes último, asegurando que Saddam Hussein tenía «vínculos de larga data con Al Qaida».

La prédica del equipo de Bush sobre las supuestas relaciones entre Saddam Hussein y la organización terrorista islamista terminaron por convencer a numerosos estadounidenses, a pesar de la falta de pruebas sólidas.

Según un sondeo del Instituto American Public on International Issues difundido el 23 de abril último, 57% de los estadounidenses pensaba aún en esa fecha que Irak apoyaba a la red de Osama bin Laden y 20% opinaba que Irak estaba directamente implicado en los atentados del 11 de setiembre.

«Es apabullante constatar que ese mito continúa perpetuándose», estimó uno de los miembros de la comisión investigadora, Richard BenVeniste, en una entrevista con la cadena CNN.

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