EEUU: Caso de técnico médico que propagó hepatitis revela fallas 

EEUU: Caso de técnico médico que propagó hepatitis revela fallas 

CONCORD, Nueva Hampshire, EE.UU. AP. El técnico en radiología David Kwiatkowski llevaba pocas semanas en un empleo temporal en el Centro Médico Presbiteriano de la Universidad de Pittsburgh en 2008 cuando un colega lo acusó de tomar una jeringa con un analgésico adictivo de una sala de operaciones e inyectársela en la pierna.  

En su casillero y sus bolsillos encontraron más jeringas, y una prueba de drogas mostró que su organismo tenía fentanilo y otros potentes narcóticos.  

Pero la parte más aterradora es que, según las autoridades, cuando tomó la jeringa con fentanilo, la reemplazó con otra que contenía un fluido falso, lista para que la usara un paciente.  

Sin embargo, Kwiatkowski no fue a la cárcel. Nadie en Pittsburgh siquiera lo denunció a la policía.  

Ni el hospital ni la agencia de personal médico que le dio el trabajo informaron a la organización nacional de acreditación para los técnicos en radiología.  

Así que pocos días después de que lo despidieron, pudo comenzar en un nuevo puesto en un hospital de Baltimore. Y de allí pasó a otro, y luego a otro… Diez hospitales en total en los cuatro años que siguieron al despido en Pittsburgh. Todos ellos le dijeron a The Associated Press que no tenían conocimiento de sus antecedentes disciplinarios cuando lo contrataron para trabajos temporales.  

El costo potencialmente grave de esas lagunas reglamentarias se hizo evidente sólo después del arresto de Kwiatkowski el mes pasado en Nueva Hampshire, donde lo acusan de infectar a por lo menos 31 pacientes del hospital Exeter con hepatitis C al robar jeringas con fentanilo y reemplazarlas por otras con su sangre.  

Ahora miles de pacientes que pudieron haberse cruzado con Kwiatkowski en ocho estados —Arizona, Georgia, Kansas, Maryland, Michigan, Nueva Hampshire, Nueva York y Pensilvania— se deben someter a pruebas para ver si ellos también están infectados con hepatitis C, un virus a veces mortal que afecta el hígado y puede causar cáncer.  

Como demuestra el caso de Kwiatkowski, los técnicos médicos no están tan regulados como los médicos o las enfermeras, y no hay ninguna base de datos nacional que recopile la conducta indebida o las acciones disciplinarias en su contra de la manera en que ocurre con los médicos.  

Kwiatkowski, de 33 años, se convirtió en técnico en radiología en el año 2003 en su estado natal de Michigan, después de completar un programa de entrenamiento. Obtuvo un título de la Universidad Madonna en Livonia dos años después.  

En documentos judiciales, el FBI dijo que Kwiatkowski admitió haber inventado varias historias sobre su vida, como que había jugado una final deportiva en la Universidad de Michigan, o que tuvo una novia que murió de manera trágica.  

Los padres de Kwiatkowski dijeron a los investigadores que su hijo tenía problemas con el alcohol, la ira y la depresión. También creían que tenía la enfermedad de Crohn, un trastorno intestinal doloroso que a veces se trata con parches de fentanilo.  

Por medio de funcionarios penitenciarios, Kwiatkowski rechazó ser entrevistado. Su abogado de oficio no quiso hacer comentarios. Tampoco su madre en Canton Township, Michigan.  

Kwiatkowski se declaró inocente por el robo de drogas y la manipulación de agujas en Nueva Hampshire. Insinuó a los investigadores que un compañero de trabajo había plantado una jeringa con fentanilo que hallaron en su coche.  

“Ya lo he dicho. No tomé ningún medicamento ni usé ninguna droga … y voy a apegarme a eso”, dijo, según el relato del FBI.  

Las personas involucradas en un incidente de 2010 en el Hospital Arizona Heart cuentan una historia diferente. Kwiatkowski llevaba 10 días en un trabajo cuando un colega lo encontró desmayado en un baño. Una jeringa robada, con una etiqueta de fentanilo, flotaba en el inodoro. En la sala de emergencias, dio positivo tanto para cocaína como para marihuana.  

En esta ocasión sí llamaron a la policía, pero los agentes decidieron no presentar cargos o siquiera redactar un reporte después de que les dijeron que Kwiatkowski se deshizo de la jeringa. “No teníamos evidencia. No teníamos nada excepto lo que nos dijeron”, dijo el oficial James Holmes, portavoz de la policía de Phoenix.  

Los funcionarios del hospital alertaron a Springboard, que había conseguido el trabajo para Kwiatkowski en Arizona, y también informaron a la Junta de Investigadores de Radiología Médica de Arizona, que tomó medidas para revocar la licencia de Kwiatkowski. Springboard también envió un informe a la Secretaría Americana de Tecnólogos Radiológicos, la organización a la que acuden 37 estados para verificar que los técnicos tienen las credenciales adecuadas.  

Pero después de enterarse que la policía no había presentado cargos, el grupo de acreditación nacional abandonó su pesquisa sin hablar con nadie en el hospital o la junta estatal de licencias, dijo un portavoz, Christopher Cook.  

Pocos días después del despido, Kwiatkowski consiguió un nuevo trabajo en el hospital de la Universidad Temple en Filadelfia. Envió por fax una nota escrita a mano a los funcionarios de licencias de Arizona en la que decía que renunciaría a su licencia en lugar de defenderse de las acusaciones.  

Si Kwiatkowski hubiera sido un médico, perder su licencia de Arizona habría puesto en peligro su capacidad para trabajar en cualquier lugar de Estados Unidos. Pero en este caso, no tenía nada de qué preocuparse. Al igual que muchos otros estados, Pensilvania no exige a la mayoría de los técnicos en radiología que estén registrados y no mantiene registros de las acciones disciplinarias contra ellos.  

Muy pronto se trasladó a otros hospitales, incluyendo el Centro Médico Hays, en Kansas, donde trabajó en el laboratorio de cateterismo cardíaco y estuvo involucrado en el cuidado de 460 pacientes que ahora se someten a exámenes para detección de hepatitis C.  

El departamento de salud de Kansas dijo que tres pacientes han sido diagnosticados con una cepa del virus estrechamente relacionada con la de Kwiatkowski. Se tienen previstos análisis más detallados.  

Las cosas finalmente se empezaron a resolver para Kwiatkowski en Nueva Hampshire, donde un trabajo temporal en el hospital Exeter que comenzó en abril de 2011 se convirtió en un trabajo permanente en un laboratorio de cateterismo cardíaco.  

En mayo, tres médicos informaron casi al mismo tiempo que los pacientes tratados recientemente en el laboratorio de cateterismo habían dado positivo por hepatitis C. A los pocos días, Kwiatkowski también fue identificado como portador de hepatitis C, y fue suspendido cuando el estado comenzó a investigar.  

En julio, la policía de Massachusetts dijo que lo encontraron ebrio en una habitación de hotel con una nota de suicidio. Fue detenido poco después.  

Las pruebas de laboratorio hallaron que 31 pacientes tenían una cepa del virus de la hepatitis C que coincide con la de Kwiatkowski, informaron las autoridades sanitarias. No está claro cuándo contrajo la hepatitis C. Los fiscales dijeron en documentos judiciales que tienen evidencias de que dio positivo en 2010. Funcionarios de Michigan dijeron que había dado negativo en el 2006.  

———   David B. Caruso informó desde Nueva York. Los periodistas de The Associated Press Eric Tucker en Washington, Paul Davenport en Phoenix y Ed White y Mike Householder en Detroit contribuyeron a este despacho, así como la investigadora de AP Jennifer Farrar en Nueva York. 

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