Nueva York, (AP).- Con las tradicionales manifestaciones de pesar colectivo y una nueva determinación de homenajear a quienes arriesgaron su vida para salvar las del prójimo, Estados Unidos conmemoró el viernes el octavo aniversario de los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001.

Los homenajes se sucedieron en Nueva York, el Pentágono y el lugar donde se precipitó el vuelo 93 de United Airlines en Pensilvania, en un día que se asoció a la tristeza general con cielos encapotados, viento, frío desacostumbrado para esta época del año y lluvia.

El presidente Barack Obama, en su primera conmemoración de la fecha como presidente, junto con la primera dama Michelle Obama observó un momento de silencio frente a la Casa Blanca mientras un corneta tocaba a silencio.

El presidente dijo que la nación se unió después de los ataques, «no solamente en nuestro dolor sino en nuestra firmeza para defender el país que amamos».

En Shanksville, Pensilvania, las campañas doblaron a duelo por las 40 víctimas del cuarto avión secuestrado que se estrelló allí hace ocho años.

En el lugar donde se alzaban las Torres de Comercio en el sur de Manhattan, abatidas por dos aviones suicidas, un enjambre de voluntarios de una miríada de organizaciones se sumaron a los familiares de las víctimas para leer los nombres de los que murieron en las torres.

«Pido que honren la memoria de mi hijo y de todos los que perecieron hace ocho años… ofreciéndose como voluntarios, ofrendando algún tipo de acto bondadoso en su memoria», clamó Gloria Russin, cuyo hijo, Steven Harris Russin, fue uno de los 3.000 muertos del 11 de septiembre infausto.

En todo el país, miles de estadounidenses prepararon paquetes para los soldados, plantaron jardines para familias de bajos recursos y pintaron casas abandonadas y tapiadas. El aniversario fue declarado por el presidente como un día de servicio para honrar el espíritu de quienes corrieron hacia las torres en llamas para salvar vidas.

Renovando lo que se ha convertido en una dolorosa tradición, los familiares de las víctimas leyeron salutaciones y mensajes recordatorios al llegar a los nombres de sus seres queridos desaparecidos.

En el corazón de la herida, donde se alzaban las torres, una multitud protegida por una nube de paraguas que semejaban hongos multicolores observó momentos de silencio exactamente a las 8:46, 9:03, 9:59 y 10:29 a.m., los momentos puntuales en que los aviones embistieron las torres norte y sur y en que los edificios se desplomaron.

«De hoy en adelante, atesoraremos la memoria de quienes murieron renovando el espíritu de servicio que iluminó nuestra ciudad de esperanza y nos ayudó a mantenernos fuertes», dijo durante la ceremonia el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg.

El vicepresidente Joe Biden, durante una pausa en la lectura de los nombres de las víctimas, dijo a los presentes que «hay una fraternidad especial para aquellos de nosotros que perdimos cónyuges e hijos». La hija y primera esposa de Biden murieron en un accidente automovilístico en 1972.

Biden también se sumó a las familias que depositaron flores en un estanque en el lugar donde estuvieron las torres.