Washington, (AP).- El control demócrata del Congreso, que permitió al presidente Barack Obama aprobar una ambiciosa reforma de salud y destinar montos gigantescos a rescatar la economía, está en juego el martes en una elección general que promete sacudir el orden establecido en todo el país.

Millones de estadounidenses salieron a votar desde temprano, algunos ávidos de un cambio, otros decididos a frenar el resurgimiento de los republicanos. En el suburbio de clase media de Parma Heights, cerca de Cleveland, Fred Peck, un trabajador de mantenimiento de 48 años, dijo que votó a los opositores impulsado por un aumento del 20% en sus cuotas de seguro de salud y por el declive en el valor de su fondo de pensión.

 «No veo que nada cambie para mejor», dijo Peck. En el progresista barrio de Coconut Grove, en Miami, el maestro Steve Wise, de 28 años, dijo que votó al candidato independiente al Senado Charlie Crist y a los demócratas para otros cargos. «Sólo quiero que se termine el día», dijo.

«Porque ha sido demasiado, avisos, noticieros, mucha gente opinando en televisión. Sólo quiero seguir adelante y recuperar al país». En Pelham, Nueva York, Raymond Garofano, de 66 años, empleado de una planta de empaque, votó a todos los demócratas en la boleta. Obama, dijo, «está haciendo un trabajo adecuado. Nadie es perfecto».

Los republicanos, confiados, pronostican una nueva época de gobierno compartido, dos años después que los demócratas se aseguraron la presidencia y mayorías en las dos cámaras del parlamento y se dedicaron a perseguir nuevas políticas en medio de la recesión y de dos guerras. Sin tratar de desmentir los pronósticos de que perderá el control de la Cámara de Representantes, el oficialismo siguió en campaña hasta el último momento para minimizar el daño.

«Este va a ser un gran día», dijo el líder de la bancada republicana en la cámara baja, John Boehner, que se convertiría en presidente del cuerpo si su partido gana una mayoría de escaños. Tras votar en una iglesia de West Chester, Ohio, agregó que quienes piensan que el gobierno gasta mucho tienen ahora «su oportunidad de hacerse oír».

 Los demócratas suelen tener una operación más aceitada en el día de la elección, en que militantes, sindicatos y otros llevan a sus simpatizantes a los puestos de votación. Esta vez, enfrentan al movimiento de base conservador Tea Party, menos organizado pero muy motivado para derrotarlos. Justamente, estas elecciones serán una prueba clave para esta coalición informal y casi sin líderes, que hace apenas dos años prácticamente no existía.

Los simpatizantes del Tea Party, con sus metas de reducir el gasto y la inmigración, conmovieron al Partido Republicano y expulsaron a varios legisladores veteranos en las primarias. Lograron nominar para la elección general a más de 70 candidatos y cerca de la mitad tienen posibilidades de ganar.