WASHINGTON. AFP. Estados Unidos celebra el jueves el Día de Acción de Gracias, en el que muchos comparten cenas abundantes en familia, pero que este año promete ser más exiguo debido a la reciente reducción de ayudas alimenticias.

La tradición conmemora la comida de agradecimiento de los primeros colonos a los indios que los ayudaron, pero este año bancos y asociaciones de alimentos afrontan mayores pedidos de ayuda.

Al cabo de tensas negociaciones, el Congreso no prolongó un complemento del programa de ayuda social llamado Snap, destinado a contener los efectos de la crisis de 2008-2009, y que con su vencimiento reducirá en 5.000 millones de dólares sus ingresos para el año presupuestario 2014.

Para una familia de cuatro personas, la ayuda pasó de un máximo de 668 dólares mensuales a 632 dólares. Esta reducción de 36 dólares equivale a 21 comidas, según el centro de reflexión Center on Budget and Policy Priorities.

El Senado, controlado por los demócratas, aprobó una reducción de la ayuda al Snap de 5.000 millones de dólares en 10 años, mientras que la Cámara, con mayoría republicana, propuso reducciones por unos 40.000 millones de dólares en el mismo plazo.

Los legisladores esperan llegar a un acuerdo hacia fin de año, que podría desembocar en recortes por unos 10.000 millones de dólares en este programa de ayuda para alimentar a un estadounidense de cada siete, es decir unos 48 millones de personas.

«Realmente estamos viendo ‘Los Miserables’ en Estados Unidos», dijo a la AFP Leonard Edwards, desempleado y beneficiario del programa. Este voluntario en la asociación Bread for the City en Washington recibirá 20 dólares menos cada mes, cuando ya tenía dificultades para alimentarse.

«Puedo aguantar hasta los últimos tres días» del mes, cuenta Edwards, un veterano de guerra.

Mientras tanto, en Washington, un niño de cada tres no siempre come lo que necesita, la peor proporción entre todos los estados del país, detrás de Nuevo México, según la red de 200 bancos de alimentos Feeding America. A nivel nacional, uno de cada cinco niños estaría en esta situación.

La tasa de pobreza en Estados Unidos fue de 15% en 2012, según la oficina de censo. En Washington, la cifra es levemente superior a 19% pero si se ajusta al costo de vida en la capital, alcanza casi el 23%.

Entre los 632.000 habitantes de Washington, 10% tiene ingresos anuales inferiores a 10.000 dólares, mientras que más de un tercio gana por encima de 100.000 dólares anuales, también según la oficina de censo.   Pero desde la crisis, la asociación Bread for the City constató un aumento entre 10% y 15% en la cantidad de personas que acuden a centros de ayuda alimenticia en Washington.

«Para quienes se encuentran entre los de menores ingresos, la crisis todavía no terminó», señaló el director general de la asociación, George Joneshe. «Esto acentúa todas las dificultades económicas a las que se enfrentan cada día todas estas personas».

El Capital Area Food Bank (CAFB), que sirve la zona suburbana de Washington, afirma que muchas de las 500 organizaciones con que trabajan constataron un fuerte aumento de los pedidos de ayuda alimenticia debido a una pérdida de empleo o al alto costo de la vivienda.

En 2012, el CAFB distribuyó 23 millones de kilos de alimentos, es decir 37,5 millones de comidas destinadas a cerca de 500.000 personas y tuvo que mudarse a locales más grandes para responder a la demanda.

Feeding America, por su parte, afirma que alimenta a cerca de 37 millones de personas por año, es decir 46% más que en 2006.

«Vemos un aumento de la cantidad de personas que no tenían previsto recurrir a este programa», precisó el director de asuntos públicos de CAFB, Brian Banks.  Y la mayoría de las personas que se dirigen a los bancos alimenticios trabajan a tiempo completo, añadió.