WASHINGTON. AFP. Luego de un año de unanimidad casi perfecta sobre el rumbo a seguir, los dirigentes de la Reserva Federal (Fed) estadounidense parecen divididos sobre la orientación a dar a su política monetaria.
La Fed bajó su tasa directriz a casi cero en diciembre de 2008 y su Comité de Política Monetaria (FOMC) estima «que las condiciones económicas justificarían» su mantenimiento «en un nivel extremadamente bajo (…) por un largo periodo».
La Fed intentó así dejar a un lado la decisión sobre su índice para concentrarse sobre la continuación de su apoyo a la economía y el modo en que va a retirar los centenares de miles de millones de dólares movilizados para favorecer el crédito y la liquidez.
Empero, Thomás Hoenig, presidente de la Fed de Kansas City, una de las 12 antenas regionales del banco central, defendió el 6 de octubre la idea de una rápida suba de la tasa directriz, juzgando que la misma todavía sería «muy complaciente» a 1 o 2%. En virtud de la rotación entre los dirigentes de las Fed regionales, Hoenig será en 2010 uno de los miembros con derecho a voto en el FOMC. Su homólogo de St. Louis, James Bullard, dijo el domingo que «la desviación entre la producción efectiva y la producción potencial es muy fuerte a causa de la gravedad de la recesión».
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Krugman critica
El Nobel de Economía 2008 Paul Krugman, criticó a los congresistas que piden subir la tasa y dijo que el nivel de los precios y del desempleo pide un mantenimiento de la tasa directriz a su nivel actual «por los próximos dos años, incluso más», y ciertamente no antes de que el desempleo «haya caído a cerca de 7%».